La República Dominicana avanza en la elaboración del Plan Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria, para cuya preparación ha primado la colaboración, compromiso y capacitación.
El país aprobó en el 2016 la Ley 589-16, que crea el Sistema Nacional para la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sinassan), que se produjo después de un largo proceso, en el que la capacitación aportó no solo conocimiento técnico, sino espacios de consenso y planificación.
En la actualidad, la República Dominicana está en el proceso de construcción de su Plan Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que comenzó a elaborarse durante un curso ofrecido por el Núcleo de Capacitación en Políticas Públicas de la Oficina de la FAO para América Latina y el Caribe.
Ese curso se realizó entre el 9 de agosto y el 14 de noviembre del año pasado, y fue diseñado especialmente a solicitud de la representación de la FAO en la República Dominicana, e incluyó, el marco conceptual, el enfoque del derecho humano a la alimentación adecuada, las experiencias recientes y las herramientas de diagnóstico, diseño, seguimiento y evaluación de políticas.
Una de las participantes más activas del curso fue viceministra de la Presidencia, Alejandra Liriano. Para ella, la experiencia fue “no solo oportuna, sino también de gran utilidad”, porque los matriculados eran integrantes de las instituciones del Consejo Nacional para la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
“Esto aseguraba, en primer lugar, la multiplicación de esa información, y, en segundo lugar, vinculaba los contenidos de la formación con los objetivos que tiene el Plan Nacional”.
Yamir Antonio Encarnación, del Ministerio de Agricultura y estudiante destacado, dijo que el curso también aportó a la integración de otras líneas de políticas, como las referidas a agricultura familiar.
“El curso tuvo una metodología intensiva, que me permitió entender y participar del proceso de implementación de la Ley SSAN”, agregó.
Como actividad final del curso, se propuso a cada uno de los participantes identificar los ejes prioritarios, líneas de acción, y proponer medidas por cada una de esas líneas, indicando las instituciones responsables, presupuestos y plazos de ejecución, para elaborar una primera propuesta de acciones para el Plan Nacional. Este proceso de capacitación enfocado a la realización de un producto consensuado, según la Viceministra Liriano, “creó un hilo conductor, una transferencia de las categorías de análisis y de las experiencias de América Latina y el Caribe, para repercutir todo en el Plan Nacional”.