Los responsables de política de la Reserva Federal de Estados Unidos se está embarcando en un cambio sutil de estrategia con consecuencias potencialmente importantes para los inversores: usar las tasas de interés como una herramienta para contener los efectos en cadena de los altos precios de las acciones y los activos sobre la estabilidad financiera y la economía.
El mayor enfoque en los valores de los activos, evidente en las observaciones públicas y privadas de los funcionarios de la Fed, sugiere que el banco central estará más inclinado a subir las tasas de interés que a no hacerlo, incluso si la inflación es baja. También significa que los mercados financieros ya no pueden esperar –según las palabras del consejero económico jefe de Allianz SE, Mohamed El-Erian– que la Fed sea su mejor amigo para siempre, proporcionándoles un apoyo incondicional.
«El argumento de la estabilidad financiera para el ajuste tiene cada vez más peso», dijo Jonathan Wright, profesor de economía en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore y execonomista de la Fed.
Encabezados por el ex presidente Alan Greenspan, los banqueros centrales habían argumentado durante mucho tiempo que estaban mal equipados para detectar las burbujas en formación y la mejor manera de abordarlas era dejar que explotaran y limpiar el desorden después.
Sin embargo, detrás del último cambio hay un reconocimiento por parte de los funcionarios de que las dos últimas recesiones fueron ocasionadas, al menos en parte, por descensos en los mercados donde se habían formado burbujas: los precios de las acciones tecnológicas en 2001 y los de las viviendas en 2007.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, insinuó el cambio la semana pasada al exponer su argumento en favor de aumentos adicionales y graduales de las tasas de interés. “Una política monetaria persistentemente laxa» no solo aumenta el riesgo de sobrecalentar la economía, sino «también podría conducir a aumentar el apalancamiento y producir otros desarrollos, con consecuencias adversas para la estabilidad financiera», dijo la funcionaria.
La investigación de la Fed ha demostrado que tal acumulación de apalancamiento a menudo ocurre cuando la toma de riesgos en los mercados es elevada –como considera el personal del banco central que está pasando ahora.
Aliado de Yellen. El presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, un aliado cercano de Yellen, ha sido más explícito al vincular las políticas con la evolución del mercado, aunque su enfoque se ha centrado en su impacto en la economía y no en la estabilidad financiera.
Incluso con tres alzas de las tasas desde diciembre, los precios de las acciones han aumentado en más del 10% y el dólar ha caído en un 8%, contribuyendo a una relajación de las condiciones financieras que ha ayudado a estimular el crecimiento. Dudley ha argumentado en repetidas ocasiones que eso refuerza el argumento a favor de seguir adelante con aumentos de tasas para mantener la economía en equilibrio. Los estrategas han sugerido una nueva subida de las tasas en 2017 y tres más en 2018, según la mediana de los pronósticos publicados el mes pasado.