Puede que Félix Sánchez no haya nacido en territorio dominicano, pero la sangre en sus venas más quisqueyana no puede ser.
Y si se pone en una balanza, la pasión y el esmero que siempre puso en su carrera, para poner en alto la bandera dominicana, entonces la inclinación siempre será hacia el lado de Sánchez.
“Representar a la República Dominicana fue lo más importante para mi. Eso no se compara con ninguna medalla”, dijo Sánchez al Hoy.
Al llegar a los Juegos Olímpicos de Atenas, Sánchez ya era el mejor vallista del mundo. Tenía una racha de 43 victorias en línea y se encontraba en la cima.
Con el rojo, azul y blanco en su uniforme, Sánchez corrió como el viento y con un tiempo de 47.25 le dio al país su primera medalla de oro olímpico y apenas la segunda en toda su historia en el 2004. Ante más de 80 mil personas en Londres, ocho años después, repitió la historia.