Feliz año 2007

<p>Feliz año 2007</p>

TIBERIO CASTELLANOS
Y al hablar de un nuevo año estamos tambien hablando del tiempo. Del tiempo que pasa… del tiempo que nunca se detiene.

Hoy mi descarga se refiere a las edades del hombre. De niño a viejo, el hombre, el ser humano, pasa por muchas edades.  Más ahora que el hombre vive, generalmente, algunos años más.

Decimos: niñez,  adolescencia,  juventud,  madurez o  edad adulta,  vejez (que ahora cubre un largo período que va desde los sesenta y pico hasta los cien o más años)

La niñez no es una sola edad. O mejor dicho, es una edad con varios tiempos, que van  desde los días del niño de pecho al muchacho de doce o más años, y… (¿a qué edad comienza la adolescencia?). Y, ¿cuál es la edad del pavo?. Y,  luego la juventud.    Hasta aquí, el ser humano ha recorrido un importante trayecto de su vida. Desde la cuna a la juventud , un largo camino lleno de riesgos y oportunidades para este frágil ser humano. Es la edad del crecimiento, físico, intelectual, espiritual. Digamos, desde la cuna hasta la universidad o la escuela de artes y oficios. (Sí, usted me dirá que no todos hacen este trayecto. Y es bién cierto que no todos. Muchos van ausentándose de las filas escolares. Otros caen en horribles vicios. Y otros  en malas compañias y terminan muertos o en la cárcel). Esta es la realidad. Pero el ideal de nuestra sociedad es que todos hagan este camino. Como dijo José Martí: “Hay que hacer de cada hombre una estrella”.

  La infancia es la edad para conocer o aprender lo que es el amor, la convivencia pacifica, la generosidad, la tolerancia, la compasión. Lo aprende el niño en su entorno, cuyo centro es el hogar. Lo aprenderá aquí, en su infancia, o será muy difícil que lo aprenda luego. (Aqui también usted me dirá que hay muchos hogares que no son tales y que hay muchos niños sin hogar y sin padres). Y eso tambien es verdad.

  La adolescencia es el mejor tiempo para completar la adquisición de disciplina y coraje, enseñados desde la infancia.  Disciplina y coraje en el estudio, en el deporte, y en las tareas de la escuela, la casa y el vecindario, cuando haya vecindario. Disciplina y coraje, también, para decir nó a ciertas ofertas.

 A propósito del aprendizaje de la disciplina y el coraje, recuerdo  aquel viejo poema que aprendimos en la escuela y que decía:”árbol que crece torcido, nunca su rama endereza, que se hace naturaleza, el vicio con que ha crecido…”,  pienso que también podemos decir: que se hace naturaleza el buen hábito aprendido.

 Con este bagaje el joven triunfará en sus estudios y luego en el trabajo. (Aqui quiero decir algo que es tan obvio que casi todo el mundo conoce: la niñez es una edad para aprender, jugar, soñar. Sólo para eso.  En mi días, fue el tiempo de los cuentos de la abuela y de los tios, los Reyes Magos, los caballitos de palo y las muñecas de trapo.

 Ningún niño debía verse obligado a trabajar. Y esto ocurre y no es lo peor. Lo peor es inducir o manipular una precosidad sexual en el niño, cosa que está muy fuera de lo que debe ser su normal  desarrollo. Asi, tenemos una epidemia de niñas bregando con una preñez en la edad en que debian estar bregando con una muñeca.) 

 Una edad muy mentada es la de jóvenes adultos. Son estos los que estan a punto de sustituir a los que mandan, en empresas, gobiernos y otras instituciones. Con los actuales avances de la medicina esta edad puede prolongarse mucho. Pienso que hasta mas allá de los cincuenta para los jóvenes sin vicios. Foreman estuvo boxeando mas allá de los cuarenta y cinco. Y en el beisbol de grandes ligas Julio Franco ha cumplido sus cuarenta y siete y sigue en sus trece.

 Aquí hay un consejo para los de treinta y tantos hasta los de cuarenta y más: hay que vigilar, la presión arterial, la próstata, el colesterol  y el azúcar. Y cuidarse mucho del “stress”, lo cual es un poco dificil en estos tiempos. Y claro, los que ya en esta edad no hacen deporte ni trabajan en oficios que obliguen a grandes esfuerzos físicos, deben aligerar, significativamente, de grasas y dulces la ingesta diaria.

 Yo no sé a que edad se deja de ser joven adulto y se cae en una edad en que el adulto ya no es joven pero tampoco viejo. ¿Que tiempo dura ese momento?, ideal edad  para  jueces, legisladores y mandos politicos y militares.

 Parece que la edad en que, oficialmente, ya uno es viejo es a los sesenta y dos. Es decir la edad en que uno  puede retirarse (al menos, aquí en “América”). Pero esto es algo muy relativo. Muchos, después de los sesenta siguen en su habitual actividad diez, veinte y hasta treinta años más. Balaguer, no fue un caso único, aunque sí uno de los más mentados.

 Y algunos quieren darle un nombre a ese grupo de más de ochenta y cinco. Fausto Miranda en su leída sección sabatina de El Nuevo Herald, lo llamaba así: “viejo, viejo, pero viejo de verdad”.  

  No, todavía no he llegado allí. Pero puedo decirles, que a pesar de los avances de la medicina, es un camino cuesta arriba en lucha constante  contra el Parkinson, el Alzheimer y la Soledad. Y parece que, aunque siempre es Dios quien juega la última carta, el único modo de ganar esta lucha es con una  actividad permanente de nuestros músculos y nuestros pensamientos. Es decir, moviendo, diariamente, el cuerpo y la mente, con un poco de fe, disciplina y coraje.

Y, a los que se parecen un poco a mí, les recuerdo lo que aquel sabio de la antiguedad escribió en el libro del Eclesiástico:

“Tú, anciano, habla cuando te corresponda, pero refrena tu talento y no interrumpas el canto”

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