Feminicidios y orfandad

Feminicidios y  orfandad

La lucha contra la violencia intrafamiliar y de género estaría incompleta si no contempla el aspecto de las terribles consecuencias que esa conducta social deja en los niños y adolescentes bruscamente lanzados a la orfandad por medio de un acto brutal que cambia radicalmente sus vidas y porvenir. Es cada vez mayor el énfasis en el enfoque y combate de los factores que desencadenan esta tragedia, pero da la impresión que es débil, insuficiente o inconsistente la política dirigida a atenuar los traumas dejados por los feminicidios en los descendientes de edad temprana de las parejas en conflicto.
El número de víctimas vivientes de los crímenes de género aumenta. Cada día más niñas, niños y adolescentes sufren el efecto devastador de la orfandad y un cambio terrible en su porvenir. ¿Qué hacemos por ellos? ¿Cuáles son las políticas de Estado diseñadas para darle a la vida de estos muchachos una ruta hacia porvenir seguro? ¿Cómo estamos atendiendo sus necesidades de recuperar el equilibrio sicológico roto por la pérdida de la madre o el padre por causa de un acto de violencia de género?
Más que lamentos y retórica, se necesitan programas concebidos para auxiliar a estos pequeños, no solo en las necesidades materiales, sino también para que encuentren el calor familiar necesario para reencauzar sus atormentadas vidas. Se necesitan hechos.

Práctica que merece sanción

Arrojar desperdicios a los canales de riego, ríos y arroyos es un doble crimen que merece castigo. Y al decirlo nos estamos adhiriendo al llamado del INDRHI para que las alcaldías y el Ministerio de Medio Ambiente sancionen drásticamente a quienes sean sorprendidos lanzando basura y corotos a los caudales porque además de que atentan contra la salud de las personas que utilizan las aguas, provocan daños a la infraestructura de las presas y las compuertas de los sistemas de riego.
Es necesario que Medio Ambiente, el propio INDRHI y los gobiernos municipales desarrollen campañas de orientación sobre la necesidad de proteger nuestras fuentes de abastecimiento de agua. Paralelamente, es preciso aplicar el peso de la ley a quienes sean sorprendidos cometiendo estas prácticas criminales.

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