Fernando Varela: “Mis obras reflejan aquello que me conmueve”

Fernando Varela: “Mis obras reflejan aquello que me conmueve”

Fernando Varela/Foto: Fremy Feliz

De exquisita personalidad, este artista de fuertes raíces uruguayas pero aferrado a nuestro país caribeño hace ya varias décadas, nos recibe en su taller, donde se conciben y toman forma sus siempre impactantes obras de arte. Un espacio de múltiples y variados objetos, cada uno de los cuales conserva una historia por contar, no importa en el lugar donde se encuentre, ya sea reposando sobre un lienzo en blanco o escondido en los desordenes típicos de un creativo.

Y es en este, su refugio, donde nuestro protagonista de portada se siente libre y se permite invadir el universo de su creatividad, disfrutando cada paso que logra sublimizar sus ideas, y por demás, intentando conectar su discurso artístico con la curiosidad del interlocutor que recibe su mensaje y espera disfrutar su innegable misterio.

Los invitamos a conocer a este destacado artista, plural y multidisciplinario en sus prácticas pictóricas y escultóricas, y al personaje detrás de las formas y colores que reflejan sus pinturas, en las superficies y estructuras de sus esculturas, en los colores que a veces exaltan el gozo, y en ocasiones, abruman la tristeza.

Pero sobre todo, visualizar el resultado de su éxito en las realidades de su vida cotidiana, como esposo amoroso, padre orgulloso, abuelo abrumado por la ternura, y exquisito y sensible ser humano.

Fernando Varela está felizmente casado con Rosario Bonarelli desde hace 37 años. Juntos han construido una hermosa familia compuesta por tres hijos: Mateo de 35 años, Verónica, de 29 y Mónica, de 25.

Al llegar a su hogar, su esposa Rosario nos recibe con su especial simpatía, regalando siempre una sonrisa y un brillo adicional en sus hermosos ojos azules, en perfecta armonía con sus cabellos rubios y sus tradicionales rizos.

Su esposo ya estaba listo, esperándonos para iniciar nuestra sesión de fotos en el espacio donde más a gusto se siente: su taller. Ubicado en el segundo piso, con mucha iluminación natural y rodeado de todo aquello que un artista va acumulando con órdenes precisas de “no tocar”, emerge entre lienzos y esculturas, con su especial carisma, una mezcla de apertura y cierre, calidez y lejanía, conservando siempre una distancia precisa que sin molestar, nos obliga a alertar nuestros sentidos para tratar de ver lo que hay detrás de sus trazos, sus colores vibrantes y las audaces formas de sus esculturas, fijar mi mirada curiosa en los detalles, en las formas de expresión de nuestro invitado y en su abierta manera de expresar lo que siente.

Y es así, que sin atisbos de molestia, nos permitió tomar imágenes que recogieran todo aquel espacio de creación, donde cada pieza, por más sencilla que nos pareciera, era importante, y donde obviamente transitaba como amo y señor de un reino único, muy suyo, donde volcaba su imaginación, dando forma al discurso que emana sin pausa de su interior.
Ya finalizada la sesión de fotos, acompañadas de un intenso calor, típico de nuestro crudo verano, nos refrescamos con un sabroso jugo de chinola, al tiempo que las preguntas empezaron a fluir para dar paso a nuestra entrevista.

¿Cuándo comenzó su inquietud
por los caminos del arte?

Desde mi temprana infancia, tuve la necesidad de crear. En esa época, lo hacía con plastilina y recreaba los dibujos animados y personajes de la televisión.

El pintor, ¿nace o se hace?
Las características esenciales de todo artista, nacen con él. Que las desarrolle o no, depende de cada uno.

¿Cómo definirías tu proceso creativo, aquello que te lleva a necesitar plasmar trazos o colores en un lienzo o papel?
La necesidad de crear es constante. El trabajo y el compromiso con la obra, generan esa dinámica que permite la creación de un discurso visual.

¿Qué técnicas empleas y cómo comienzas un cuadro?
Las técnicas siempre están determinadas por el discurso que genera la obra. En esta oportunidad son pinturas al oleo, dibujos y esculturas.
¿Cuánto tiempo puedes dedicarte a una
obra en particular?
Una obra puede tomar una semana o, a veces, más de un mes, pero en realidad, lo importante es “lograr la obra”.

¿Tienes alguna preferencia a la hora de elegir los temas que llevas a tus lienzos o esculturas?
La obra de todo artista comprometido consigo mismo y con su sociedad, es hablar de aquello que lo conmueve y que es su pensamiento de vida.

¿Existe una rutina, una disciplina para pintar,
o es una actividad supeditada a la inspiración?
La inspiración es cuestión de un minuto, a veces; la disciplina de trabajo son las horas en el taller.

¿Qué sensación tienes cuando estás inmerso
en la pintura de una obra?
La alegría de crear y la ansiedad de ver logrado lo qué dicta mi interior.
¿Hay placer en pintar o es simplemente un oficio?
El arte es una pasión que obviamente requiere de oficio. ¡Sin pasión, no hay arte!

¿De dónde nacen los temas de tus obras?
Generalmente son producto de reflexiones sobre diferentes circunstancias e inquietudes de nuestro pasar por este mundo.

¿Qué se transmite con la ausencia de color?
Todo recurso pictórico siempre debe tener una razón interior. A veces, la obra determina la presencia o ausencia de color.

También eres escultor. ¿En qué momento
estas disciplinas se complementan?

En el caso de la serie que estoy trabajando actualmente, se complementan totalmente, pues son el resultado de una misma reflexión. Es un mismo pensamiento, desarrollado en ambos lenguajes: pintura y escultura.

El arte, para ti, ¿tiene un fin en sí?
El arte es comunicación. ¡El arte está en lo intangible…! Sin él, nuestras sociedades colapsarían.

Recién acabas de inaugurar tu última exposición titulada Close-Up. ¿Por qué el nombre?
El nombre surge de un encuentro formal. Es la obra dentro de la obra, y todo lo que surge a partir de ese momento.

¿Cómo conectas tu obra con el espectador para provocar la complicidad entre ambos?
Desde el momento en que la obra está exhibida, está independiente y cada espectador tendrá su experiencia subjetiva. Eso es lo interesante, ¡la apertura que ofrece toda obra a cada espectador!

En esa comunicación, ¿provocas el diálogo espectador-artista, o más bien escondes como misterio para transitar el desafío?
Mis obras siempre tienen un trasfondo que debe ser descubierto.

Con una carrera brillante a nivel nacional e internacional, ¿Qué novedades te impones para seguir activo y creativo?
No pienso mucho en eso. Solo despierto cada mañana para obedecer al artista que me impulsa a seguir creando.

¿Cómo ves el mundo pictórico en nuestro país?
Grandes talentos, poco compromiso dentro de las instancias de poder. ¡Aún hay mucho que hacer!!

¿Se puede vivir de la pintura, o es una necesidad innegable a la que no puedes renunciar?
En mi caso, ambas cosas.
MÁS
PERSONAL…

¿Qué es lo que más disfrutas de la vida?
Crear, mi familia y la música.

¿Tu lugar de refugio…?
Mi taller

¿Qué cosas no soportas?
El abuso.

¿Tomas la vida muy en serio o el buen humor
forma parte de tu vida?
Creo que el buen humor es parte de la sabiduría para poder tomarse la vida muy
en serio.

¿Cómo recuerdas tu primera obra?
Con nostalgia.

Hoy día, ¿tienes una obra favorita, una
de la cual nunca te desprenderías?
Tengo varias que ya son parte de nosotros.

Estás felizmente casado y tienes tres hermosos hijos, dos de los cuales ya te han hecho abuelo.
¿Qué opinas de la familia?
La familia es la estructura que sostiene
a la sociedad.

En una palabra, ¿Cómo definirías
a tu esposa Rosario?
Amor incondicional.

¿Qué te ha enseñado la vida hasta ahora?
Muchas cosas…, pero nunca es tarde
para aprender aún más.

Te gusta la música y tocas el piano,
¿qué sensación te produce?
Siempre una serena alegría.

¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como un hombre de bien.

Algo más de…Fernando Varela
Fernando Alberto Varela, nace en Uruguay, y a partir del año 1976 llega a Santo Domingo donde se integra al mundo de las artes, ya como artista dominicano. Ha realizado estudios bajo la dirección del escultor uruguayo José Luis Zorrilla de San Martín, del muralista dominicano José Ramírez Conde y del pintor y escultor Maestro Domingo Liz. Sus obras han sido exhibidas en importantes eventos de arte internacionales y bienales, ferias de arte, y exposiciones colectivas en diferentes países como Alemania, Dinamarca, Bélgica, España, Francia, Yugoslavia, Noruega, Grecia, Egipto, Estados Unidos, Canadá, México, Ecuador, Barbados y República Dominicana. Sus obras se encuentran en importantes colecciones privadas y públicas, tales como el Museo Nacional de Artes Visuales en Montevideo, Uruguay; el Museo de Arte Contemporáneo de Guayaquil, Ecuador; el Museo de Arte Moderno de Guatemala; Museo Metropolitano de Quito, Ecuador; y Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico, y en República Dominicana en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, y el Centro Eduardo León Jimenes, en Santiago de los Caballeros.

Ha sido galardonado con importantes premios, tanto en el país como en el extranjero y ha desarrollado una importante producción artística siendo sus ultimas exposiciones individuales, “Obras Recientes” en el 2016; “Forma y Vacío” en el 2015; en el 2013 “Orígenes y Formas Primarias”, presentada en Ecuador; “Caribes” en el 2010; “Agua” en el 2011, así como en numerosos exposiciones colectivas internacionales y nacionales. Actualmente acaba de inaugurar su última exposición, titulada Close-Up”en la Galeria ASR Contemporáneo, la cual estará abierta al público hasta el próximo 25 de octubre.

De la misma, Paula Gómez, Directora y Curadora de Galeria ASR Contemporáneo, expresa: “Entre los valiosos aportes y grandes aciertos de esta última entrega de Fernando Varela, se destacan el transformar toda emoción, reflexión y gesto, en una impactante experiencia sensorial. Aún más: lograr que el espectador vibre con el poder del arte abstracto y sienta el misterio de la experiencia estética. Esta exposición Close-Up, atrapa, seduce y transporta al espectador a dimensiones extraordinarias donde se abrazan el arte y el ser interior”.”

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