Fijar certezas con la minería

Fijar certezas con la minería

La comunidad sanjuanera abre los ojos ante la posibilidad de que el oro y la plata de sus suelos emergerán por la explotación a cargo de una empresa extranjera, prometiéndose ventajas en la obtención de beneficios para el país. Los derechos de extracción están en vías de concederse con la objeción al momento de quienes prevén el comienzo de acciones destructivas sobre la Cordillera Central. Al Ministerio de Medio Ambiente corresponde establecer con celo científico y rigor ético las consecuencias previsibles en función de la tecnología a aplicar, volumen de operaciones, densidad de la minería ya establecida e impacto de mediano y largo plazos.

El interés de preservar a la naturaleza de daños que el hombre siempre podría causar es permanente sin que por ello pueda desconocerse que la necesidad de aprovechar los recursos en juego ha movido a alianzas de los Estados con firmas privadas para desarrollar modos sostenibles y de la menor repercusión perjudicial para el planeta. Así como muchas actividades industriales han sido históricamente desastrosas para el ambiente, así han ido surgiendo tecnologías innovadoras que se acogen a estrictos códigos que defienden la corteza terrestre, corrientes fluviales, mares y atmósfera. El Ministerio de Medio Ambiente debe librar al país de preocupación certificando que las operaciones en San Juan llenarían requisitos inviolables y aplicables en otras regiones.

Un proceso a mitad de camino

Ha sido preocupante la lentitud de los trabajos para llevar a la Zona Colonial de Santo Domingo al sitial que le corresponde como expresión de Ciudad Primada sacando de las ruinas sus casonas, y poniendo en valor la histórica arquitectura con sus diversos ambientes de perfil antiguo. Sin haber llegado a la condición final que la haría más acogedora y funcional, la zonal intramuros ha visto crecer el número de visitantes, primeros efectos de lo logrado hasta ahora con grandes expectativas.
El programa original de obras en marcha debe proseguir a ritmo acelerado hasta completarse; sin que la falta de decisiones en el Estado demore por más tiempo la erogación de fondos disponibles a través del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, un aporte que debe aprovecharse con apego a diseños y costos que no deben alterarse.

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