GREGORY MEYER
Los temores de una crisis alimentaria pueden haber disminuido, pero los mercados para algunas materias primas agrícolas, tales como el maíz y la soya, están incómodamente apretados.

Esta semana el Departamento de Agricultura de EEUU comienza un ritual anual que este año tiene aún más significado. Cuando los oficiales pregunten a más de 80,000 agricultores qué ellos planean sembrar, y cuánto, la respuesta es posible que determine la dirección de muchos productos.

EEUU es el mayor exportador de maíz, algodón y trigo, y como exportador de soya este rivaliza con Brasil. El USDA revelará sus respuestas el 30 de marzo, pero los comerciantes ya están buscando pistas.

La importancia de los agricultores de EEUU era evidente en el momento en que  el departamento publicó su perspectiva anual en Washington la semana pasada. Su director económico y los analistas de materias primas presentaron pronósticos a más de 2,000 representantes de compañías como IBM, Wells Fargo, el banco; Blenheim, un fondo de protección de materias primas de $5 millardos; y Noble Group, una casa comercial.

El maíz está fijando el tono para otros granos porque, en este momento, este sufre el mayor constreñimiento de suministro. En la cosecha de otoño de EEUU, las reservas globales de maíz como parte del consumo han caído hasta el nivel más bajo desde el año 1974, de acuerdo al USDA.

Basado en modelos preliminares, no en una encuesta, el gobierno proyecta que los agricultores planten 94 millones de acres (37.6 hectáreas) de maíz este año, la mayor cantidad desde la Segunda Guerra Mundial.

Verdaderamente, la producción global de maíz es posible que aumente hasta un alto récord de 864 millones de toneladas, por encima de los 36.6 millones de toneladas del año pasado. Dice Allen: “los avances espectaculares en Ucrania compensarán la cosecha pobre en Argentina que usualmente es el segundo mayor exportador del mundo.

Pero una fuerte siembra no garantiza mayores suministros. La pasada primavera, el clima húmedo afectó ciertas plantaciones, mientras que un caliente verano dañó los brotes jóvenes. Este año el USDA pronostica que el rendimiento de un campo de maíz promedio retornará a su tendencia al alza en el largo plazo después de dos años de bajas.

Un tercer año consecutivo de declive sería extremadamente raro, pero, como escribieron los economistas de la Universidad de Illinois este mes, hay un 40% de probabilidades de que los rendimientos de maíz caigan por debajo de la tendencia en cualquier año determinado.

Lo que sucede en el mercado de maíz afectará los precios de otras cosechas, como es el caso de la de soya, la principal alternativa para el maíz en las tierras de cultivo de EEUU.

El precio de $13.00 el saco de soya, la cual se usa para alimento de animales, aceite vegetal y biodiesel, es solamente dos veces el precio del maíz, y tradicionalmente esta no es una prima suficientemente grande para impulsar a los agricultores a cambiar. El USDA pronostica que la cantidad de tierra usada para la soya quedará en 75 millones de acres.

Esa podría ser una oportunidad perdida. En Suramérica, la mayor región productora de soya, el clima seco ha obligado a los analistas a disminuir los estimados. El USDA espera que la producción global de soya baje 12.7 millones de toneladas hasta 251.5 millones de toneladas. Oil World espera que la producción ronde sorprendentemente los 19 millones de toneladas, un bajo récord según la consideración del pronosticador alemán.

Mientras tanto, el trigo ha surgido como un posible mimador para los alcistas de materias primas. La cobertura de la reserva global ha aumentando más de la mitad de los deprimidos niveles de hace pocos años atrás. El trigo suave de baja calidad que se  comercia en Chicago se ha mantenido en torno al mismo precio que el maíz, con los ganaderos proveyendo la alimentación de los animales con ambos granos.

Por el lado de la demanda, la creciente población global y riqueza en los mercados emergentes ofrecen apoyo al precio en el largo plazo. Y, con los altos precios del petróleo, el maíz es posible que incremente adicionalmente los atractivos  del etanol, como combustible, ya que el mismo se hace del maíz.

La cifra

864 millones de toneladas.  Podría aumentar la producción global de maíz, una cifra récord, por encima de los 36.6 millones de toneladas del año pasado. Dice Allen: “los avances espectaculares en Ucrania compensarán la cosecha pobre en Argentina que usualmente es el segundo mayor exportador del mundo. Pero una fuerte siembra no garantiza mayores suministros. La pasada primavera, el clima húmedo afectó  plantaciones, mientras que un caliente verano dañó los brotes jóvenes.

EEUU pronostica freno en la inflación alimentaria

Gregory Meyer

Arlington, Virginia

La amenaza de un salto mundial en los precios de los alimentos ha disminuido después que los agricultores plantaron cantidades récord de granos en respuesta a los crecientes mercados de materias primas, según ha pronosticado EEUU.

El pronóstico gubernamental oficial puede llegar como un alivio para los hogares que luchan contra mayores facturas de comestibles, pero podrían rápidamente develarse si el clima en las regiones agrícolas más importantes se torna difícil.

Joseph Glauber, director del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés), dijo que los precios récord a finales del 2010 y el primer semestre del 2011 habían dado lugar a un amortiguador en la producción mundial de las mayores cosechas, desde maíz hasta algodón. El apetito de las refinerías de etanol por el maíz de EEUU también se ha nivelado, ayudando a mantener a flote las proyecciones de las reservas del más importante grano de alimento animal este año, dijo él.

“Cuando parecíamos estar observando otra gran lucha contra la inflación, esta parece al menos por el momento que se ha moderado. Esas son muy buenas noticias, obviamente para las familias”, dijo Glauber en el foro de perspectiva del Departamento.

En el mismo foro hace un año atrás, Glauber pintó un cuadro más preocupante, indicando que los precios se elevarían a medida que las reservas se reducían. En junio de 2011, los futuros del maíz llegaron a un alza histórica de casi $8 el saco. Esto se tradujo en mayores costos alimentarios.

Los altos precios atrajeron a los agricultores a cosechar el más alto tonelaje de cultivos tales como maíz y trigo este año.

La producción de soya, usada por productos desde alimento para animales hasta aceite para ensaladas, se espera que baje debido al clima seco que ha afectado los rendimientos en Brasil.

El departamento dijo que los precios mayoristas del maíz bajarían un 19% y el trigo caería casi por un 14% después de la cosecha de este año en EEUU, pero que los precios de la soya bajarían sólo ligeramente. Sin embargo, el USDA todavía espera que los precios sigan estando muy por debajo del nivel observado en los últimos años. Además, Glauber anticipó que los precios del arroz, junto al costo de la carne, tanto de res como de aves, aumentarían.

Los precios de las materias primas agrícolas importan más allá de su efecto sobre la inflación, afectando las agroempresas, desde Cargill, el mayor comerciante de materiales alimentarios crudos, hasta John Deere, gran fabricante de tractores y cosechadoras, y productores de alimentos como Kraft.

En EEUU, el fin del crédito fiscal federal y la débil demanda petrolera han limitado el aumento de la producción de etanol. Algunos refinadores están perdiendo dinero. “El decadente crecimiento en los biocombustibles y el retorno a los rendimientos de  tendencia podrían resultar en un rebote en las reservas de maíz de este año y con el tiempo esto ayudaría a aliviar algo de la volatilidad que ha sacudido los mercados en años pasados”, dijo Glauber. Tom Vilsack, secretario de agricultura de EEUU, dijo que el etanol ha ayudado a absorber algo de los aumentos de la producción de los agricultores de maíz de EEUU en los últimos años.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA