El Presidente Medina viajó a Venezuela acompañado de sus principales asesores, para asegurarse de que continuaríamos en el programa Petrocaribe; por lo menos quince pequeños países miembros querían y quieren lo contrario. Además explicar la sentencia del Tribunal Constitucional, rechazada internacionalmente por ser retroactiva. Fue inteligente que aceptara la intermediación de Maduro, pero Leonel Fernández, quien tiene otra agenda, se pronunció en contra repitiendo el discurso de los extremistas, de que la soberanía no se negocia, como si fuera el tema en discusión, olvidando lo que se enseña y se repite en las escuelas, que lo humano es el límite.

Más que nadie Leonel Fernández debió ser cuidadoso con el trato a Venezuela y a Maduro, porque Chávez y Petrocaribe estabilizaron la macroeconomía durante sus gobiernos, sin exigir condiciones previas ni posteriores desembolsaron US$2,870.4 millones, para financiar el 12.2% del enorme déficit que acumuló (US$23,453.9 millones) en la cuenta corriente de la balanza de pagos, periodo 2005-2012. Desembolso que superó el préstamo neto del FMI por US$1,005.2 millones, con lo que financió 4.3% del mencionado déficit externo, cediendo a cambio la soberanía en la política macroeconómica con la firma de tres Stand By.

Olvidó que fue gracia al financiamiento Petrocaribe que se produjo un superávit acumulado de US$1,386 millones en la balanza de pagos durante sus gobiernos. De no existir el desembolso Petrocaribe, sus enormes excesos de gastos fiscales hubiesen generado pérdidas de reservas internacionales al Banco Central por US$1,484 millones, era la alternativa para evitar una brutal devaluación de la tasa de cambio, con aumento de los precios de la canasta familiar, del desempleo y de la pobreza extrema.

Tampoco pensó en el beneficio para el presupuesto público y la balanza de pagos del diferencial de interés, mientras por Petrocaribe pagamos un promedio anual de 1%, al FMI 3.5%. En su flexibilidad, porque si surgiera alguna coyuntura externa que nos imposibilitara cumplir con las obligaciones, a Venezuela podríamos pagar con habichuelas, carne, leche y hasta con cemento, lo confirmó la Zona Económica Petrocaribe creada en la última reunión.

Es decir, conviene al país que la sentencia se aplique con el criterio humano de que habló Danilo Medina, tiende a mantener estable la macroeconomía, mientras el de Leonel es todo lo contrario. El extremismo de Leonel no toma en cuenta lo actual, de Venezuela y Petrocaribe esperamos recibir US$600 millones en el 2014, para financiar la tercera parte del déficit fiscal de US$1,750.2 millones (RD$77,709 millones). Tampoco que los organismos internacionales mantienen el pronóstico de fuga de capitales golondrinas para el 2014, por la reducción de la compra de bonos por US$10 mil millones mensuales de parte de la Reserva Federal norteamericana.

Además, hay dos informaciones que el país debe conocer y que seguro preocupan a Danilo. El anuncio de Venezuela de que no podrá seguir exportando diesel oil a los países beneficiarios de Petrocaribe, necesitan el producto para sus plantas eléctricas, significa que se podría reducir el financiamiento en el 2014. Otra, que el Banco Central de Venezuela reportó que el financiamiento Petrocaribe enero-septiembre del 2013, había sido el más bajo desde la entrada en vigencia del programa en el 2006, la caída de 68.5% comparado con el mismo periodo del 2012.