El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido de que la recuperación económica global se ha debilitado como consecuencia de la creciente volatilidad y aumenta la «posibilidad» de rebajar de nuevo sus proyecciones de crecimiento para la economía mundial, que rebajó el pasado mes de enero en dos décimas hasta el 3,4% en 2016 y del 3,6% en 2017.
En su informe previo a la reunión del G-20, la institución presidida por Christine Lagarde ha destacado que la actividad económica a nivel mundial se ha ralentizado «inesperadamente» desde finales de 2015, debilitándose más en el comienzo de 2016 como consecuencia de la caída de los previos de las acciones.
Respecto a la volatilidad en los mercados financieros, el FMI ha indicado que la aversión global al riesgo se ha «incrementado» como consecuencia de un «persistente» crecimiento modesto en las economías avanzadas y ante las cuestiones sobre la situación de la economía china.
«Las condiciones financieras de las economías avanzadas, aunque continúan siendo acomodaticias en general, han observado cierto endurecimiento asociado con un aumento del rendimiento en los mercados de la deuda corporativa y un menor precio de los activos», ha explicado la institución.
«Al mismo tiempo, los bancos han experimentado fuertes caídas en los precios de las acciones, además de un debilitamiento de su rentabilidad, especialmente en Japón y Europa», ha destacado el FMI, que ha hecho referencia a la exposición de estas economías a las economías emergentes y sus tipos de interés en terreno negativo.
Como consecuencia de esta «frágil» coyuntura, el FMI ha instado a adoptar una política «responsable» tanto a nivel nacional como en el conjunto del G-20, con el objetivo de impulsar la «decepcionante» recuperación económica de las economías avanzadas y mejorar las perspectivas de las emergentes.
En concreto, la institución ha afirmado que la política monetaria debe continuar siendo «acomodaticia», al continuar la inflación por debajo de su objetivo. En Estados Unidos, que subió sus tipos de interés en diciembre por primera vez en nueve años, la decisión de adoptar nuevas acciones debería estar «bien comunicada», ha sostenido el FMI.
En la Unión Europea, la institución ha recordado que el programa de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE) ha respaldado la recuperación de
la confianza y las condiciones financieras de la eurozona. «Pero con una inflación continuamente baja, el BCE debería continuar mostrando fuertemente su voluntad de utilizar todos los instrumentos disponibles», ha indicado.
Además, el FMI ha indicado que para evitar un «exceso de dependencia» de la política monetaria es necesario que la política fiscal a corto plazo respalde la recuperación económica y se centre en la inversión.
«En la eurozona, los países con espacio fiscal tienen que hacer más para respaldar el crecimiento, por ejemplo, a través de la inversión en infraestructuras en Alemania», ha explicado la institución, subrayando que la inversión privada y pública aumentaría el crecimiento en la región y tendría efectos positivos.
Además, la institución ha destacado a necesidad urgente de emprender acciones políticas para «respaldar la integración de los inmigrantes en el mercado laboral». «El impacto de la llegada de refugiados en el crecimiento a medio y largo plazo depende de cómo de eficientemente puedan ser integrados en los mercados laborales nacionales», ha subrayado.