El Fondo Monetario Internacional (FMI) teme que lo que hemos visto con Harley-Davidson se convierta en una tendencia en la economía mundial. Es decir: que la incertidumbre creada por las amenazas de guerra comercial fuerce una masiva deslocalización de empresas.
Es uno de los puntos débiles de la economía mundial recogidos en la revisión actualizada del informe Perspectivas de la Economía Mundial, que ayer ha hecho pública la institución.
Un segundo efecto de las tensiones comerciales es la caída de la confianza empresarial, algo que ya ha empezado a notarse en Wall Street y que reconoció el Comité del Mercado Abierto, que es el organismo de la Reserva Federal que fija los tipos de interés. Sin embargo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha negado que esa incertidumbre esté teniendo efecto en la economía.
El FMI deja clara su opinión al declarar que «evitar medidas proteccionistas y encontrar una solución cooperativa que promueva el crecimiento continuado en el comercio de bienes y servicios sigue siendo esencial para preservar la expansión mundial».
Es una crítica poco o nada velada a las medidas unilaterales del Gobierno de Donald Trump, que en las últimas semanas ha lanzado una guerra comercial contra la mayor parte de sus principales socios comerciales.
En el agregado global, el Fondo ha cambiado poco sus previsiones en relación al mes de abril, cuando publicó la última versión completa del informe.
La institución prevé una aceleración del crecimiento de EEUU este año hasta el 2,9% debido al tremendo estímulo fiscal que ha supuesto el recorte de la fiscalidad de las empresas y de las rentas más altas y el aumento del gasto público. Es una cifra importante, porque el Gobierno de Donald Trump se ha marcado como objetivo electoral alcanzar un 3% de crecimiento anual aunque, a cambio, ha disparado el déficit público estadounidense. Para 2019, sin embargo, el Fondo estima que el crecimiento de la primera economía mundial descenderá hasta el 2,7%, a medida que el estímulo fiscal se vaya agotando. El ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha declarado que en 2020 EEUU puede entrar en recesión.
En la UE, el FMI anuncia una ralentización del crecimiento concentrada en Francia, Alemania, e Italia: del 2,4% del año pasado pasará al 2,2% éste, y al 1,8% en 2019. El Fondo es particularmente duro con Italia, de la que dice que la crisis política está teniendo un impacto en la deuda soberana y en el sector financiero que puede afectar a la demanda interna. El informe no modifica la previsión de crecimiento para España, que estaba fijada en el 2,8% para 2018. En el resto del mundo, la situación cambia poco. La transformación de la economía de China, donde las autoridades están endureciendo el control sobre el sistema financiero y expandiendo la demanda interna y el sector servicios mantiene la suave ralentización de la segunda mayor economía mundial. El otro gigante de los emergentes, India, experimenta, por el contrario, una leve aceleración. América Latina sigue en el vagón de cola de los mercados emergentes, con una serie de problemas derivados tanto del endurecimiento de la política monetaria en EEUU como de sus propios problemas en Argentina y Brasil y de las tendencias proteccionistas de EEUU, que afectan sobre todo a México.