El empresario José Luis Corripio Estrada fue reconocido ayer con el Premio a la Excelencia Empresarial Forbes República Dominicana por su destacada trayectoria en el mundo empresarial y sus aportes al desarrollo de la cultura del país.
Al recibir el galardón en el Foro Forbes “El futuro está aquí”, Corripio Estrada dijo que “el peligro de los reconocimientos es creérselos y que uno se lo merece”.
Expresó, sin embargo, que el reconocimiento de Forbes lo recibe con mucho satisfacción y honor.
Agregó que el reconocimiento lo comparte con mucha gente, como sus padres, que le enseñaron a trabajar, aunque pudo haber salido un haragán, “pero me obligaron a trabajar hasta que me gustó”.
Consideró que disfruta tanto del trabajo que si el reconocimiento es una insinuación al retiro, “quiero decir que yo no estoy en eso”, lo que arrancó el aplauso de los presentes.
Recordó que tiene 82 años, pero su padre se retiró a los 97 y que en su familia no hay pensionados.
“No me queda más remedio que seguir trabajando. Lo disfruto tanto que los días que no hay ningún problema, yo digo que día más tranquilo, que raro”, dijo.
Contó que a los quince años se hizo mayor de edad porque su padre tenía que hacer un viaje a España.
Expresó que desde esa edad está bregando en el mundo de los negocios y que los problemas que tiene que enfrentar no son nuevos, sino repetidos.
Precisó que ha compartido la vida comercial con tres generaciones: los compañeros de su padre, sus compañeros y los compañeros de sus hijos.
Consideró que Forbes es una revista que estimula y genera la intención del progreso de las personas, las familias y los países.
“Yo creo que, contrario a lo que muchas veces se suponía, que la pobreza era una virtud. Yo he llegado a la conclusión de que la pobreza ni la riqueza son virtudes. Todo depende de cómo se lleven y cuáles son los objetivos de las personas en la vida”, señaló.
Consideró que la riqueza si es merecida y es usada debidamente, vale la pena.
“Cualquier otra forma de riqueza yo la considero cuestionable, pero tampoco la pobreza es una virtud, porque muchos son pobres y eso lo tienen como un estandarte”, dijo.
Cree que los países progresan si sus habitantes tienen afán de progreso y afán de lucro.
Indicó que los países donde una minoría tiene afán de progreso y lucro, abusan de la inmensa mayoría de la población que está desprovista de esa idea de progreso.
Expresó que la sociedad no recuerda a los más ricos, sino a aquellos que han hecho obras que retribuyen a la sociedad donde viven.
Indicó que muchos “nos creemos dueños de la riqueza que tenemos, ignorando que se trata de una riqueza virtual. Nosotros somos-y yo estoy convencido en eso desde hace mucho tiempo- un simple administrador de la riqueza”.
Añadió que es una riqueza que pasa de mano en mano, si se conserva. “Ese es el deber, como dice el Evangelio, de administrar los talentos que la suerte o el destino le ha puesto a uno a manejar”, dijo.
Es un error, a su juicio, pensar que la riqueza es un derecho que se adquiere por el trabajo y el esfuerzo.
Entiende que existe un factor imponderable que uno tiene que recibir con humildad.
El empresariado dominicano, dijo, debe de tener presente que los problemas del país no solo son responsabilidad del Estado y el gobierno, sino que debe cumplir su misión para el desarrollo y la creación de empleos.
Consideró que el país tiene poca vocación para ser competitivo en los mercados internacionales.
Sugirió que el país, además del mercado local, que puede ser rentable, debe abrir el mercado de exportación a través de productos con valor agregado.
Corripio Estrada hizo un llamado al empresariado para que se identifique con el país.