Fríamente calculado

Fríamente calculado

LUIS SCKEKER ORTIZ
El Señor Presidente debe sentirse satisfecho. El método no falla. Las Fuerzas Armadas, obedientes al  poder civil y a su Comandante en Jefe, rindió el informe esperado.

 El que tranquiliza la conciencia del Gobernante. El que silencia las voces estridentes de la oposición, siempre  buscando cinco pies al gato; el que con argumentos científicos, irrebatibles, se burla y  pone en ridículo la inteligencia humana; el que acalla el ronco clamor de los muertos y los reclamos de los miles de damnificados…

Toda la culpa la tiene la Madre Naturaleza. A pedirle cuentas a ella, que con furia indómita, con sus aguas torrenciales, huracanadas,  bautizadas con el poético nombre de Olga, se presentó de repente en este plácido terruño;  lo inundó con corrientes mortíferas, desbordando ríos, causando estragos y muertes de vidas humanas y de animales domésticos (total, lo mismo);  pérdidas de viviendas y de comercios, ruinas a la agricultura, rotura de puentes y carreteras, angustias, temores e indignación en la población, a pesar del encomiable esfuerzo, de la exquisita prudencia, la eficiencia comprobada e inigualable conque el fenómeno atmosférico fue manejado por quienes, de manera competente, preservando intereses superiores ($)  no pudieron evitar los daños imprevisibles e inevitables…

Gracias, señor Presidente, por tan enjundioso informe de la inefable Comisión Oficial Investigativa designada por usted. Justo a los tres meses de su atinado nombramiento, nos llegó la calma. “¡E’ pa’ lante que vamos!”.

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