Gatos sagrados

Gatos sagrados

El presidente Danilo Medina tiene razón cuando alega que ni dentro ni fuera de su Gobierno hay vacas sagradas. Estas escasean incluso en la India donde por imperativo de las precariedades han tenido que comercializarlas, flexibilizando sus creencias y costumbres.
Aquí, quizás en remembranzas al antiguo Egipto, proliferan dentro y fuera del Gobierno los gatos sagrados que desde la tiranía trujillista se han ido apropiando del patrimonio público exhibiendo descaradamente los bienes mal habidos sin ninguna consecuencia.
Este es el Talón de Aquiles de nuestra sociedad, porque si bien la corrupción es un mal endémico de la humanidad, en otros países, se castigan, se destituyen y someten a la justicia presidentes, congresistas, funcionarios y hasta a empresarios privados.
Por el contrario, la clase política del país se ha constituido en una corporación económica que compite con el sector empresarial utilizando sin rubor las ventajas del poder, corrompiendo con sobornos y favores a los distintos sectores de la sociedad.
El presidente Medina, exmilitante de izquierda, y según algunos, aventajado discípulo de Juan Bosch, conoce esta realidad que por momentos parece subyugarlo porque enfrentar a esa mafia, puede costarle hasta la presidencia.
No obstante, ha sido capaz de tomar medidas que sus antecesores no fueron capaces de tomar y podríamos citar los casos de la Barrick Gold, Bahía de las Águilas, Valle Nuevo y las observaciones a la Ley del Aborto.
Cuando dice estar del lado del pueblo y sus reclamaciones contra la corrupción y la impunidad y asegura que habrá sorpresas en el proceso, logra crear ciertas expectativas de que podría sacrificar algunas piezas del ajedrez político nacional para salvar al rey….. y al Estado.

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