Reportaje en la Fundación Puntacana, sobre la reproducción y el cuidado del Gavilán de la Hispaniola que estaba en peligro de extinción. Hoy/ Napoleón Marte.
Gavilán de la Hispaniola. Esta ave endémica de República Dominicana ha superado el estatus crítico y prospera en la Fundación del Grupo Puntacana y en una zona de la comunidad Los Limones, en el Parque Nacional de Los Haitises. Su nombre científico es Buteo Ridgwayi.
El interés del empresario Frank Rainieri por el Gavilán de la Hispaniola fue un acontecimiento fortuito: un día fue invitado a observar una presentación de estas magníficas aves y quedó gratamente impresionado, y sin titubeos contactó a Jake Kheel, Vicepresidente de la Fundación Grupo Puntacana, a quien le comentó su disposición de introducir en Punta Cana algunos gavilanes para proteger la especie.
“¿Por qué nosotros no introducimos un pareja de estos gavilanes aquí (en la Fundación Grupo Puntacana), porque nadie los va a matar. La gente mata estas aves para proteger sus siembras agrícolas, sus gallinas y pollitos y aquí nadie tiene conucos, todos trabajan en sus respectivos empleos”.
Inicialmente Kheel asumió que la propuesta de Rainieri no era factible porque el Gavilán necesita alimentarse de ratas, lagartos, culebras y otros animalitos que proliferan en el Parque Nacional de Los Haitises, donde se concentra la mayor población de estas aves, específicamente en la comunidad Los Limones, distrito municipal de Gonzalo, provincia de Monte Plata.
Kheel comenzó a investigar, “hasta que encontramos que la institución matriz que trabajaba en el proyecto de protección de los Gavilanes de la Hispaniola, El Fondo Peregrino, buscaba lugares para reintroducir el ave, porque si algo negativo ocurría a la población de estas aves en Los Haitises, el Gavilán iba a desaparecer de la faz de la tierra”.
Para el primer año, a mediado del 2005, se introdujeron tres gavilanes a la Fundación Grupo Puntacana y sobrevivieron dos. Al año siguiente se introdujo una pareja y en el tercer año nació el primer pichón en Punta Cana, un acontecimiento que se celebró con júbilo. Ese fue un indicador de que esas aves se iban a establecer en el espacio protegido, donde encontró su hábitat y sus alimentos.
En el tercer año llegaron más de veinte gavilanes, y después veinte más, y comenzaron a formar parejas. El año pasado la reserva tenía más de doce parejas. Para satisfacción de los hombres y mujeres que trabajan día a día con estas aves, actualmente más de 100 permanecen en la zona. Los gavilanes forman parejas de por vida hasta que uno de los dos muere. El año pasado nacieron más de diez pichones y por esa razón no reintrodujeron más aves, pues la Reserva solo maneja la población local. Cada pareja de gavilán tiene un rango, su área de influencia.
Actualmente los gavilanes se desplazan a otras áreas vecinas de Punta Cana. “Ya hay notificaciones de que tenemos tres parejas que han sido reportadas. En Verón también se ha observado a varias parejas. Incluso, un pichón nació en uno de los hoteles del complejo turístico de Bávaro”.
Para los responsables del cuidado de estas, estas son noticias positivas, aunque también abre nuevos riesgo, nuevos desafío, pues cuando están en el Parque Nacional de Los Haitises tienen dos amenazas: un parásito que lo produce una mosca que afecta los pichones y los mata y el otro problema es persecución humana, aunque es un ave dócil, mansa, tímida y muy confiada. Los turistas le acercan, toman fotos y disfrutan y se divierten observándolas durante largo rato.
Poco estructura en Los Haitises. “La persecución humana contra los gavilanes del Parque Nacional de Los Haitises se debe a que esa área no tiene mucha estructura, pero sí mucha agricultura. Cuando la población se mueve a Punta Cana, esa es otra realidad y los riesgos cambian.
Trajimos a un experto para resolver el problema del tendido eléctrico y los gavilanes aquí en Punta Cana. Obtuvimos los recursos y se diseñó un proyecto de protección en las áreas críticas del tendido eléctrico. Ya hemos cubierto con plásticos más de cien postes del tendido eléctrico.
Los parásitos que afectan a los pichones de gavilanes es producido por una mosca que se establece en la piel del animal. Ante esa amenaza, establecimos un laboratorio y tenemos un equipo que trabaja a tiempo completo, estudiando respuestas naturales al parásito Philonis, una plaga que afecta aves en Islas Galápagos, Hawaii y otros lugares en el mundo. Dos personas claves en este trabajo son Marta Curti, con mucha experiencia adquirida en este trabajo en más de 60 países, y Martín Quiroga, con amplia experiencia en estos menesteres en las Islas Galápagos.
Este equipo está buscando tratamientos naturales para el parásito. Actualmente estamos utilizando un producto que mata las pulgas en los perros. Se usa en los nidos y parásito no ataca el pichón”, dijo Jake Kheel, vicepresidente de la Fundación Grupo Puntacana.