George, Noel y el Presidente Fernández

George, Noel y el Presidente Fernández

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
En 1998 Elpidio, quién estaba a cargo de Meteorología, le dijo a los dominicanos que el Huracán George no era peligroso, y para demostrarlo sacó de los refugios habilitados a los con tiempo habían buscado albergue. El ciclón, con mucha brisa y poca agua, entró por el Este del país, la fuerza que llevaba produjo desolación y enormes pérdidas materiales, y porque se trató de un fenómeno seco las pérdidas de vida humana fueron mínimas.

El pueblo quedó irritado por la irresponsabilidad del gobierno, al Presidente Fernández se le exigió explicación y lo que dijo Elpidio en nombre del gobierno fue sencillamente increíble, que George había sido un huracán juguetón, que estaba dando brinco en las costas dominicanas y que en uno de los brincos penetró al país, razón por la que no le dieron importancia que debían.

Para la misma época en el 2007, nuevamente es Leonel Fernández el que está en el poder y sin Elpidio en Meteorología: se asoma la Tormenta Noel, vista como un peligro para el país por todos los que tenían internet,  sorprende a los dominicanos porque el gobierno no dio la información debida y a tiempo, ni siquiera los hogares más vulnerables, los situados cercanos a ríos y arroyos, fueron advertidas y sacadas a tiempo.

En esta ocasión son muchos los muertos y desaparecidos: oficialmente se cuentan en 84 los muertos, en más de 70 mil los desplazados y las viviendas afectadas en más de 20 mil, en todo el país, pero principalmente en Sánchez Ramírez, Bonao, San Francisco de Macorís, Ocoa, Nagua y el Distrito Nacional. La población pide explicación al Presidente Fernández de la desidia e ineptitud de su gobierno, y como si estuviéramos en 1998 la que dio no pudo ser peor, que la desin- formación se debió a que los fines de semanas los dominicanos no siguen noticias. Es increíble pero es cierto, fue lo que inicialmente se dijo, aunque luego, cuando aumentó aún más la desconfianza en el Presidente Fernández, se trató de corregir la versión; pero ya era tarde, el daño había sido oficializado.

Leonel fracasó con George y volvió a fallar con Noel, el país lo vio, en lugar de tranquilidad nuevamente llevó temor a la población. Algunos medios y grupos de poder han tratado de ayudarle para que el daño no se refleje el 16 de mayo próximo, pero el pueblo no se dejará engañar, dos fallos son suficientes, el costo ha sido enorme. No es para molestar que se demanda explicación del Presidente Fernández, es para que no se repita jamás, es necesario saber la razón por la que los dominicanos no podemos imitar países donde los gobiernos de manera consistente se caracterizan por minimizar las pérdidas tanto de vidas humanas como materiales, con informaciones precisas, consisas y con acciones, antes de que el fenómeno toque tierra; el caso cubano es el más reciente, las evacuaciones se hicieron con veinticuatro y hasta cuarenta y ocho horas de antelación, los residentes vulnerables fueron obligados a abandonar sus casas y a refugiarse donde amigos y sitios públicos. Fue lo que debió hacer el gobierno del Presidente Fernández.

Es cierto, es tiempo de generosidad, de ir en auxilio de los afectados donde quiera que se encuentren, y debe hacerse sin politiquería, sin propagandas, después del error todos tenemos que unirnos para socorrer a los que hoy lloran la muerte de familiares, vecinos, conocidos y no conocidos; pero ello no significa olvidar y ni siquiera minimizar la  responsabilidad del gobierno del Presidente Fernández, de procederse así sólo estaríamos preparándonos para repetir la experiencia, y ya hemos visto suficiente. Cuando la población es impactada por un shock, sin importar su naturaleza, es responsabilidad de los líderes y de los partidos unirse para junto al gobierno superar la situación en el menor tiempo posible. Precisamente es lo que están haciendo desde el primer momento Miguel Vargas Maldonado y el PRD,  actitud de colaboración que guarda diferencia con Leonel Fernández y el PLD en el 2002, cuando los actos terroristas en New York el 11 de septiembre del 2002. En aquella oportunidad la oposición, en lugar de cerrar fila con el gobierno para minimizar las pérdidas de la sociedad, prefirió sacar ventajas políticas a las pérdidas económicas que tuvo el país y a los problemas del gobierno como consecuencia.

Pero también hay que citar la crisis bancaria del 2003, el candidato Leonel Fernández y el PLD sabían que se trataba de una quiebra que impactaría negativamente la economía nacional, aumentando el número de pobres al perderse el 20% del PIB corriente. Nuevamente, en lugar de unirse al gobierno para reducir las pérdidas por inflación y devaluación del peso, se aprovecharon y sacaron ventaja, aunque sabían que en ambos casos la actitud era aberrante,  irresponsable y hasta alarmista. Ahora Miguel Vargas Maldonado y el PRD no le responden con la misma moneda, llaman a la concordia, a la unidad, a la solidaridad, a oración, a sumar fuerzas para superar la situación lo antes posible. El pueblo está claro que son dos comportamientos muy diferentes. Noel es un ejemplo  que pone en evidencia lo que repite el pueblo: que para evitar nuevas pérdidas votará por Miguel en las elecciones del 16 de mayo del 2008.

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