Gestión que debe renovarse

Gestión que debe renovarse

El cuatrienio 2004-2008 de la administración del Estado finalizará en un momento de preocupaciones para la sociedad, a causa de problemas económicos y tensiones por la violencia y  crímenes  estremecedores.

Todo esto hace que, evidentemente, muchos dominicanos se sientan sin la certeza de que el pesado fardo de lo negativo esté siendo enfrentado con  suficiente energía, sentido de urgencia y sabiduría. El país necesita con prisa unas señales que lo lleven a confiar plenamente en los métodos de las autoridades para superar adversidades.

El secretario de Turismo, licenciado Félix Jiménez, cuya gestión dejaría un balance favorable a esa industria en los aspectos más importantes, acaba de sorprender anunciando que el día 15 de este mes se auto excluirá del Gabinete. Que sea el Presidente Leonel Fernández quien, a partir de esa ocasión, decida si merece un voto de confianza y una nueva oportunidad. ¿Por qué no hacen lo mismo los demás funcionarios de su nivel? Los aires que soplen desde ahora hasta la fecha patria deberían ser de esperanzas de renovación.

Un cambio significativo de la gente en funciones sería pertinente. Es necesario dar paso a otras  personas con vocación de servicio y capacidad para innovar. Mucho de lo que se ha hecho hasta ahora es pobre y la  ciudadanía luce  preocupada por cierto anquilosamiento.

Una crisis que succiona
Frente al sistemático y enraizado mal del robo de electricidad, el gobierno y el sector de distribución han tomado un camino fallido de falta de acción, de dejar pasar, dejar hacer mientras el problema crece y se ha vuelto más inmanejable. Poca voluntad política y un miedo exagerado a la reacción del amplio sector de los que no pagan o hacen fraude que parece constituir el 50% de la nación. Una mitad de la sociedad que rompe las reglas aun cuando se ha buscado la forma  de que los que menos pueden, paguen menos.

El resultado es que el subsidio a la corriente consume enormes recursos que debieran estar fortaleciendo otros gastos e inversiones de interés social como educación obras públicas y salud.  Las bases del genuino desarrollo humano son débiles por esa causa, entre otras. La asistencia estatal para que mucha gente siga dejando de pagar luz y perjudique a la economía es gruesa. Aquí solo existe licencia para no pagar electricidad. Nadie falla  en solventar  otras necesidades, incluyendo la de beber cerveza y ron.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas