Gladys Nivar: artista, maestra, feminista y antitrujillista

Gladys Nivar: artista, maestra, feminista y antitrujillista

Calle “Gladys Nivar de Scaroina” en La Castellana. Foto/ Pedro Sosa

Fue una de las dominicanas de formación profesional más plena: maestra, bibliotecaria, rectora universitaria, cantautora, políglota, directora coral, pianista, feminista, antitrujillista, gestora cultural… Y a pesar del trabajo en las aulas y de la intensidad con que dirigía sus esfuerzos a la lucha por los derechos de la mujer y contra la tiranía, le sobraba tiempo para alegrar el hogar y la familia con los acordes de su piano e inundar la cocina con el aroma de sus deliciosos guisos y golosinas. Dejó inédito un libro de recetas de cocina.
Gladys Nivar León de Scaroina recibió por primera vez un homenaje a sus obras, aportes y luchas, con la designación reciente de una calle con su nombre, pero ha quedado inmortalizada con sus canciones que a diario interpretan alumnos de colegios y escuelas, sobre todo de kínder.
Clara Rachel Scaroina Nivar de Porcella, su hija, la recuerda en la casa componiendo, cantando, o en los recintos escolares donde animaba a sus amados pequeños en veladas que organizaba y en las que eran clásicos “La cucarachita”, “Madre querida”, “Las vocales”, “Los Reyes Magos”, “Loor a los padres buenos”, todas de su autoría, premiadas por la secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos.
“Como era obediente / y muy estudiosa / la cucarachita siempre fue dichosa”. “Madre, madre querida / tú eres mi adoración / la alegría en mi vida / y en las penas consolación”. “En tres bonitos camellos / los tres reyes van bajando / despacito hasta las cunas / de niños que están esperando. / Entre Melchor y Gaspar / viene Baltazar, el negro…”.
Clara las recuerda y las entona al igual que “Canto a la luz”, “La quinceañera”, “Yolanda”, “Al Sagrado Corazón de María”, “Navidades dominicanas”, “Ya sé leer”, “Los cinco sentidos”, “Mi traje azul”, “El arcoíris, “Clara”, y los himnos de algunos de los colegios donde trabajó la maestra y artista.
“La letra y la música de La cucarachita, basada en un cuento folclórico dominicano, fueron adaptadas por el Ballet folklórico Genarina Pellerano y presentada en el Teatro Nacional”, cuenta Clara. También algunas de sus criollas.
Una de las iniciativas más recordadas y celebradas de las tantas que emprendió “la seño Gladys” fue la Universidad Femenina, Instituto de Ciencias Sociales y Domésticas, que la ilustre educadora fundó junto a sus hermanas Elsa y Amada, y de la que fue directora. “Fue la primera y la única” institución superior orientada a la mujer, para “ayudarla a formarse y a ser autosuficiente”, expresa Clara, quien conserva programas de graduación y brochures de la entidad.
Gladys fue su cabeza desde 1958 a 1978, en la calle Del Conde esquina Arzobispo Meriño (altos). Se impartía etiqueta social, repostería, cocina, estudios comerciales (secretariado), corte y costura, arte, decoración, idiomas… Entre los profesores estaban Celeste Woss y Gil, Adriana Mejía, Julio César Trotti, Mrs. Thern, Manuel Marino Miniño, Carmen Irazábal, Gracita Vanderlinder, Elima de Sosa.
Todo en Gladys “era enseñanza. Mamá era muy abierta en todos los aspectos. Fue antitrujillista y escuchaba a escondidas emisoras extranjeras, y mi papá por igual, no sé cómo no les pasó nada. Perteneció al primer grupo de mujeres de la Unión Cívica Nacional”.
Era alegre, sociable, tierna, comunicativa “y su debilidad eran los niños”, agrega la hija evocándola sentada al piano y cantando desde que despertaba, si no era día de salir a trabajar. “Además se ocupaba totalmente de la casa, le encantaba cocinar, era completa”.
Con el espíritu eufórico, la voz de contralto que le acompañó hasta sus últimos días y sus grandes ojos verdes, reunía a sus amigas en la casa, buscando motivos para el encuentro. “Cantaban, recitaban, bailaban”. El último fue el 14 de febrero de 1998, para celebrar su cumpleaños. El 23 de marzo Gladys entró en coma y a las dos semanas falleció.
Gladys nació en Santo Domingo, en la calle Del Conde, el 14 de febrero de 1911, hija de Alfredo Nivar Lavastida e Ismenia León. Cursó estudios primarios e intermedios en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña que dirigió Luisa Ozema Pellerano de Henríquez. En 1930 se graduó de Maestra Normal de Segunda Enseñanza, con la profesora Gracita Álvarez de Tejera.
Con la Misión Educativa Chilena que vino al país en 1949, dirigida por Oscar Bustos, se especializó en el “Sistema global y universal” para maestros. Comenzó su labor magisterial en 1928, en la Escuela Moderna, bajo la dirección de Madame Germaine de Pellerano, con quien se especializó en educación para kindergarten. A la muerte de esta, en 1931, asumió la dirección de ese centro, hasta 1932 cuando fue nombrada en la Escuela Argentina.
Fue maestra de la escuela “María Nicolasa Billini”, bibliotecaria en la Secretaría de Educación y en 1950 se desempeñó como profesora experta en kindergarten en el Instituto Escuela, hasta el 18 de septiembre de 1958 cuando creó la Universidad Femenina.
En 1965 pasó a trabajar durante las mañanas con el kindergarten del colegio Sagrado Corazón de María donde fue también directora y encargada de la parte artística y maestra de inglés en los cursos de primaria. hasta 1994.
Gladys libró una ininterrumpida batalla por la emancipación de la mujer y defendió con ardor sus derechos, canalizando sus demandas a través del club “Nosotras”, del que fue fundadora en 1929 junto con Abigail Mejía. “Fue la primera asociación feminista de nuestro país”. Estuvo además entre las combativas integrantes de “Acción Feminista Dominicana”, del “Consejo Nacional de Mujeres”, la “Mesa Redonda Panamericana”, la “Sociedad Amor a la ciudad” y el “Club de la amistad”.
Estuvo casada con Eduardo Scaroina, descendiente de italianos, padre de sus hijos Clara Rachel y Alfredo.
Fue pianista autodidacta. “Decía que ese era su sedante. Mi casa fue alegre y musical”, significa clara.
Gladys “cantaba bellísimo”. Formó parte del coro de la iglesia “La Altagracia”.
Murió el 14 de abril de 1998.
“Nos dejó el ejemplo de su perseverancia, su actitud siempre positiva, su tesón y su dulzura, su amor a la enseñanza, su optimismo. Para ella no había nada imposible”, afirma Clara, secundada por sus hijos Rosalía, Arturo y Rachel, quienes consideran a Gladys “una abuela muy especial”.
La calle. Por solicitud del Consejo Nacional de Mujeres y de la Junta de Vecinos de La Castellana, se designó con el nombre de “Gladys Nivar de Scaroina”, la antigua “calle 6” de ese sector.

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