ATENAS. El ministro griego de Finanzas, Guikas Hardouvelis, y otros diez ministros y secretarios de Estado empezarán el martes en París una ronda de tres días de contactos con sus acreedores.
El encuentro con altos representantes de la troika (UE, BCE y FMI) en las oficinas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es clave para el gobierno griego, antes del fin del plan de rescate al país, previsto en diciembre.
El objetivo del gobierno griego es «abrir las negociaciones sobre la reducción de la deuda pública», con una bajada de intereses o la prolongación de la fecha de reembolso, según el periódico To Vima.
Tras una primera reestructuración en 2012, la deuda griega (318.000 millones de dólares, que representan el 175,1% del Producto Interior Bruto) está ahora en manos principalmente de instituciones europeas. A pesar de las esperanzas del gobierno griego, la Comisión Europea considera que la de París sólo es una reunión preparatoria. La auditoría de las cuentas públicas propiamente dicha está prevista a mediados de septiembre en Atenas y será el paso previo al pago por parte de la Unión Europea del último tramo de ayuda, de unos 2.000 millones de euros.
Este lunes el instituto de estadísticas griego anunció una nueva contracción del PIB, que suma seis años de caída, del 0,3% interanual en el segundo trimestre de 2014.
Desde que Grecia tuvo que pedir un rescate en mayo de 2010 a la UE y el FMI, los responsables de la troika visitan Atenas cada trimestre para evaluar el avance de las reformas antes de autorizar el pago de un nuevo tramo.
Hasta ahora Grecia ha recibido dos préstamos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional por un total de 240.000 millones de euros a cambio de un duro plan de recortes que ha disparado el desempleo y ha sumido el país en la recesión.
En el marco de este plan, el gobierno griego se ha comprometido a despedir a 6.500 funcionarios antes de que acabe el año. Esta medida se suma a la puesta en paro parcial de más de 20.000 funcionarios en los últimos años, como consecuencia de la fusión o la supresión de organismo públicos.
La popularidad del gobierno de coalición formado por conservadores y socialistas y liderado por el primer ministro Antonis Samaras, en el poder desde hace dos años, está en caída libre y podría haber elecciones anticipadas a principios del año que viene, cuando termine el mandato del presidente griego Carolos Papoulias.