En medio de una gran presencia policíaco militar la Unidad para el Reordenamiento de la Barquita y Entorno (Urbe) inició ayer la desocupación de las primeras 25 familias, de un total de 1,400 que serán trasladadas de las proximidades del río Ozama, para dar paso al proyecto Domingo Savio.
Aunque Urbe había anunciado el desalojo la semana pasada, la operación sorprendió a los moradores de Los Guandules, debido a que las brigadas llegaron temprano en la mañana sacando ajuares, subiéndolo a camiones y entregando cheques a los afectados.
Mientras las brigadas, bien identificadas y uniformadas penetraban a las casas a sacar los enseres, otras se disponían a tumbar las propiedades, en tanto que los policías y militares vigilaban hasta encima del puente Francisco del Rosario Sánchez.
María de Jesús, una anciana de 90 años, con 40 años residiendo en la casa marcada con el número 41, cayó desmayada al ver a una brigada sacar los trastes de su hogar en contra de su voluntad, ya que el cheque que llegó con su nombre era de RD$680 mil, con los que no encontraría donde comprar un nuevo techo.
La dama tuvo que ser auxiliada por los vecinos, quienes llamaron una unidad del Sistema de Emergencia 911.
Pablo de Los Santos, quien tiene una casa y una fábrica de embustidos marcada con el número 27, esperaba con tristeza el desalojo, debido a que Urbe ofrece RD$1.2 millones, con los que no podrá comprar una propiedad parecida en ningún lugar. Manuel Mora es propietario de una vivienda cerca del río, pero las autoridades apenas ofrecen RD$13 mil, mientras al inquilino RD$300 mil, lo que considera un abuso imperdonable. Jorge Tavera, también propietario, tendrá que recibir RD$13 mil, porque el grueso de los recursos son para el inquilino, quien le paga mensualmente mil peso, que utiliza para pagar el alquiler de otra propiedad en otro lugar.
Katerine Suriel tiene plazo de 15 días para buscar un lugar hacia donde mudarse, pero las autoridades le ofrecen RD$13 mil, que no dan siquiera para salir a buscar una nueva casa.
«Ahora estamos más vulnerables, porque con ese pírrico dinero, para dónde voy, no dan siquiera para quedarme cerca del río con tres muchachos que tengo», expresó.