Gobiernos  fallan en la reforma a la policía

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La denominada reforma policial empezó a considerarse y  a discutirse en 1999. Después de largas discusiones y de ir y venir,  el tema fue convertido en proyecto de ley.  El Congreso lo sancionó en el 2004, pero la reforma aún no se ve.

Hace diez años, cuando la delincuencia comenzaba a secuestrar el sosiego embadurnando de sangre la cotidianidad, el fortalecimiento de los mecanismos de protección ciudadana parecía impostergable. En respuesta, se planteó la reforma y modernización de la Policía Nacional,  transformarla en una institución competente y confiable.

La propuesta despertó ilusiones, esperanzas que fueron engavetadas en el primer gobierno peledeísta y se trocaron en frustración y desengaño al ser los cambios frenados, distorsionados en las sucesivas administraciones de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD).

La reforma se diseñó pero no se ejecutó, y la PN se mantiene  obsoleta.

Los gobiernos del PRD y PLD, con los que el país aspiró a la institucionalidad, permitieron que la Policía arrastrara los lastres de ineficiencia y corrupción heredados de la gestión reformista, el carácter represivo y militarista que le imprimió Rafael L. Trujillo al suplantar en 1936 el cuerpo de orden fundado en 1911, cuando multaba de uno a cinco pesos a  quienes dejaran deambular animales en  las calles  y no limpiaran el frente de su casa.

Salvo algunos cambios, la PN de hoy es una prolongación de la policía trujillista,  reestructurada por la Ley  6141, de 1962, y expandida con miembros de las Fuerzas Armadas y la Legión Extranjera Anticomunista, entre ellos criminales y delincuentes, confiriéndole a  instancias de los norteamericanos un rol protagónico en la represión del comunismo.

La Policía entró al siglo XXI con una estructura rezagada, con  sus vicios e incompetencias, empantanada en la complejidad de la dinámica social y tecnológica donde el crimen avanza con múltiples facetas, sin estar capacitada ni debidamente equipada.

La reforma

Impulsadas por el deterioro de la imagen policial, las gestiones de modernización se iniciaron en 1999. Un fallido propósito retomado en octubre del 2000 cuando la reforma  fue declarada de interés nacional, entre denuncias de excesos policiales del Departamento de Estado de EEUU y de Amnistía Internacional, de presiones ejercidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y otras organizaciones.

La reforma se concretizó en un proyecto de ley con cambios radicales en su visión, métodos y procedimientos, para convertir la PN en una institución civil, comunitaria, comprometida con la institucionalidad y    los derechos humanos.

Desmilitarización

Entre los cambios más controversiales figuraban la desmilitarización, la traducción a la justicia ordinaria de  las transgresiones en que incurran  agentes, reservando al tribunal policial las funciones disciplinarias internas. Cesaría la impunidad prohijada por códigos policiales que suplantan al Ministerio Público y la judicatura.

Se planteó, igualmente,  la descentralización, una nueva tabla de organización, siete direcciones generales y diez regionales, un mayor presupuesto, sueldo digno, educación continua, un código de ética y supervisión de la conducta policial.

Desnaturalización

Intereses particulares y políticos primaron sobre la necesidad de garantizar la seguridad pública, desnaturalizaron el proyecto, desestimando la eliminación de los rangos y los tribunales policiales, entre otras conquistas.

El proceso culminó con la nueva Ley Institucional de la PN, 96-04, que en gran medida cercenó las aspiraciones de cambios.

La reforma a esa legislación que hizo el Congreso no profundizó en la esencia de la PN que se requería, comenta Manuel María Mercedes, presidente de la CNDH. Introdujeron algunos cambios de los que entendían nos les afectaba -dice-, pero en la Ley 96-04 se borró totalmente el espíritu de la verdadera reforma, se desnaturalizó.

Las pocas cosas nuevas surgidas son letra muerta –agrega-, porque la principal violadora de la ley es la PN, encabezada por su estado mayor. Esa legislación no sólo afecta hoy derechos adquiridos de los policías, sino que se refleja en la sociedad, y las consecuencias la estamos pagando todos los dominicanos.

Uno de los autores del proyecto de reforma en 2001, Virgilio Bello Rosa, entonces Procurador General, precisa que el Congreso no la aprobó pese a que el PRD tenía mayoría congresional. Y lamenta que los posteriores gobiernos del PLD no lo retomaran, en una versión revisada, y que la ley orgánica de la PN no fuera adecuada a la realidad dominicana del presente siglo. Se hicieron algunas modificaciones –indica-, pero el país creció y conjuntamente la delincuencia, los factores económicos de desarrollo contrastan mucho  con los de aquella época. 

Si no se contrarresta la delincuencia  -expresa- la vamos a pasar mal. Las generaciones venideras no tendrán sosiego, como no lo tenemos ya, pero la situación se irá agravando si no se enfrenta, no sólo con la fuerza policial, sino con diversas modalidades de lucha, preponderantemente en el sector económico, el desarrollo social y cultural.

__Faltó voluntad política para aprobar el proyecto, en cuya elaboración colaboraron organismos internacionales. Probablemente, después que la envió, el Presidente de la República no le dio mucho seguimiento, no hubo ningún legislador que lo movilizara.

__ Aprueban muchísimas leyes, pero iniciativas como esa que propenden a crear condiciones para vivir tranquilamente, se dejan de lado,   falta la voluntad, y eso pasó con ese proyecto, que podría adecuarse a la realidad actual para que responda a las necesidades de la sociedad. Algunas disposiciones tienen vigencia, otras no.

Nuevo plan

Al retornar Leonel Fernández al poder en 2004, en el marco del programa de modernización del Estado, reformularon un plan de reforma de la PN, que se hizo más imperativo por el  auge del narcotráfico y la delincuencia.

“Los hechos están muy divorciados de la realidad y de esa modernidad que el presidente Fernández dice presentar”, expresa el presidente de la CNDH, para quien  la falta de adecuación a la realidad de la ley policial permitió que ésta llegara a la situación actual. Es como un tanque viejo, como las calderas de antes, la tapas por un lado y explota por  otro. Hemos vivido desde 2000 hasta 2009 sometidos a esas condiciones.

El resultado de no aprobarse la reforma -dice-, es la situación que hoy tenemos  en la PN. Eso no puede seguir en una sociedad donde se habla de globalización, de modernidad,  y lo peor es que no se sabe hacia dónde va la Policía.

Zoom

Bloquean reforma

Representantes de la sociedad civil recomendaron cambiar la nomenclatura   militar utilizada en la PN,   pretendiendo  reafirmar su carácter civil. Porfirio Rojas Nina, miembro de la Comisión de Reforma 2000-2001, propuso  cambiar   el nombre de jefe de la PN  por el de Director Nacional. Los   integrantes de la Comisión aprobaron la reforma –dice-, pero   fue  bloqueada por  miembros de la PN de esa época, por sectores a los que tal vez no les convenía, y en el Congreso se varió un 85%. Hicieron la ley 96-04, que frenó el avance de la PN. Después hubo intentos de reformas, pero se estancaron, ya ni se habla de eso,  aunque  han hecho ciertos cambios.

El general retirado  Pedro de Jesús Candelier, entonces jefe de la PN y miembro de la Comisión, expresa: Participé en aquella  reforma, era una reingeniería  total, incluía la infraestructura, las divisiones internas,  equipar, tecnificar la PN, capacitación del personal, su captación, descentralizar los recursos  regionalmente. Se hizo hace diez años y hay que revisarla, había que impulsarla en ese momento, ya tuviéramos policías con una mentalidad diferente.

Cronología de la proyectada reforma

Bloquean reforma

Representantes de la sociedad civil recomendaron cambiar la nomenclatura   militar utilizada en la PN,   pretendiendo  reafirmar su carácter civil. Porfirio Rojas Nina, miembro de la Comisión de Reforma 2000-2001, propuso  cambiar   el nombre de jefe de la PN  por el de Director Nacional. Los integrantes de la Comisión aprobaron la reforma –dice-, pero   fue  bloqueada por  miembros de la PN de esa época, por sectores a los que tal vez no les convenía, y en el Congreso se varió un 85%. Hicieron la ley 96-04, que frenó el avance de la PN. Después hubo intentos de reformas, pero se estancaron, ya ni se habla de eso,  aunque  han hecho ciertos cambios.

El general retirado  Pedro de Jesús Candelier, entonces jefe de la PN y miembro de la Comisión, expresa: Participé en aquella  reforma, era una reingeniería total, incluía la infraestructura, las divisiones internas,  equipar, tecnificar la PN, capacitación del personal, su captación, descentralizar los recursos  regionalmente. Se hizo hace diez años y hay que revisarla, había que impulsarla en ese momento, ya tuviéramos policías con una mentalidad  diferente.

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