ATENAS. AFP. Grecia, enfrentada a graves problemas de liquidez, seguirá cumpliendo con sus obligaciones financieras mientras pueda hacerlo, anunció este lunes un portavoz gubernamental, a pocos días de varios vencimientos de deuda y sin que haya todavía acuerdo con sus acreedores.
«En la medida en que tengamos la posibilidad de pagar, cumpliremos con todas las obligaciones», afirmó el portavoz del gobierno griego, Gabriel Sakellaridis, en rueda de prensa.
Sus declaraciones se producen a menos de dos semanas del próximo vencimiento, el 5 de junio, de una deuda de Atenas de 300 millones de euros con el Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los acreedores del país.
Grecia tiene pendientes otros tres pagos a este organismo en el curso de junio.
«Es responsabilidad del gobierno estar en capacidad de cumplir con todas sus obligaciones» agregó el portavoz. Pero «también es responsabilidad de los acreedores ser respetuosos con sus compromisos de préstamos», precisó Sakellaridis.
El portavoz desmintió con firmeza que Grecia instaure un control de capitales para frenar el flujo de retiradas de los depósitos bancarios, muy intensos en los últimos cinco meses, pese a que «son conocidos los problemas de liquidez» del país y crean «condiciones de asfixia para la economía griega».
Reiteró asimismo el objetivo del ejecutivo griego de llegar a un acuerdo «a finales de mayo, principios de junio» con los acreedores del país sobre la entrega de todo o parte del tramo de 7.200 millones de euros que forman parte del segundo plan de asistencia financiera a Grecia, en curso desde 2012.
Esa suma es indispensable para Grecia, casi ya sin liquidez, para hacer frente a estos vencimientos y, a nivel interno, a los pagos de salarios de funcionarios y de pensiones.
El gobierno griego del partido de izquierda radical Syriza, elegido en enero con un programa contra la austeridad, ha rechazado hasta ahora reformas que sus acreedores -FMI, Unión Europea, Banco Central Europeo- le piden a cambio de esos fondos.
El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, aseguró este lunes en un artículo en la web «Project Syndicate» que Grecia está dispuesta a aceptar las reformas pero no una nueva cura de austeridad.
Tras enumerar las reformas que el país acepta, Varoufakis explica por qué las negociaciones no han conducido a un acuerdo. «Es simple: los acreedores de Grecia insisten en una austeridad más fuerte aún para este año (…) y nuestro gobierno no puede, y no quiere, aceptar un remedio que demostró desde hace cinco largos años que era peor que el mal».
El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, consideró, por su parte, que las propuestas actuales de Grecia están «todavía bastante lejos» de lo necesario, en una entrevista publicada este lunes por el diario francés Les Échos.
Blanchar afirmó que el FMI puede ser «flexible sobre lo que debe hacer Atenas, siempre y cuando presente un programa coherente», con «medidas creíbles para transformar el déficit presupuestario (…) en superávit y mantener ese superávit en el futuro».
«No hay dinero». El domingo, el ministro griego del Interior había declarado que su país no tiene dinero para reembolsar lo que debe al FMI en el mes de junio.
«Los reembolsos al FMI en junio ascienden a 1.600 millones de euros. No se harán, y por lo demás no hay dinero para hacerlo», declaró el ministro Nikos Voutsis al canal Mega.
Concretamente, Grecia tiene que efectuar cuatro pagos al FMI en el mes de junio, el primero de ellos, el citado de 300 millones de euros el día 5.
Según conocedores de la deuda griega interrogados por la AFP, el Estado tiene fondos para afrontar este pago y para los sueldos y pensiones hasta el 12, día del segundo pago al Fondo.
El gobierno de Atenas tendría así de plazo hasta el 12 de junio para alcanzar un acuerdo con sus acreedores, lo que espera lograr el primer ministro heleno Alexis Tsipras.
La postura oficial del gobierno griego es que, si tiene que elegir, pagará sueldos y pensiones y hará ‘default’ sobre los pagos a los acreedores.