Hablan los alcaldes: Hipólito Valenzuela Alcalde en Pedro Santana/ “El problema en la frontera es necesario encararlo”

Hablan los alcaldes: Hipólito Valenzuela Alcalde en  Pedro Santana/ “El problema en la frontera es necesario encararlo”

Entrevista a Hipolito Valenzuela Alcalde de Pedro Santana. 25-04-19 Foto: Jose Adames Arias.

Tiene dos periodos al frente del municipio fronterizo; en el año 2016 llegó por la alianza que se hizo entre el PRD y PLD

El alcalde Hipólito Valenzuela, quien lleva dos períodos consecutivos en el municipio de Pedro Santana, luchando por elevar la bandera del progreso, clama por fuentes de empleo, el freno a la deforestación y un hospital para esos dominicanos que junto a él residen a unos 260 kilómetros por carretera de Santo Domingo, pero solo a dos metros del territorio haitiano.
Valenzuela, quien llegó con mucho entusiasmo a la alcaldía de este municipio fronterizo el 16 de agosto del 2010, se encontró con muchas carencias y problemas centrales, que hasta el momento persisten, por la falta de manejo de recursos para suplir las necesidades, ya que solo recibe un millón 606 mil pesos mensuales que se va en las reparticiones que exige la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios.
“Cuando usted hace esa división, tenemos un déficit enorme porque nuestro municipio no tiene zona franca, el sector privado no tiene empresas para ofrecer empleo y el mayor empleador es el Estado, del cual el ayuntamiento es el más representativo, con sueldos mínimos y que están por debajo del mínimo”, explicó el funcionario municipal.
Aunque su esperanza y entusiasmo siguen intactos, el alcalde manifiesta su frustración pues solo puede pagar 6 mil 500 pesos, por un mes de labor a los que recogen la basura.
“Nosotros no tenemos los ingresos necesarios para poder pagarle más. Ellos merecen una mayor remuneración y nosotros lo sabemos pero nuestra gran realidad es que no tenemos los ingresos para satisfacer esa demanda de esos servidores de la alcaldía”, advirtió.
Recuerda a modo de queja, el incumplido 10% que por ley obliga a que se les entregue a los cabildos. “Eso solamente es letra en el papel y cada año estamos invitando al Presidente de la República a que por lo menos pueda ir aumentando los ingresos de los ayuntamientos de pequeños pueblos como el nuestro que no tienen otro tipo de ingresos”.
Están depredando los bosques dominicanos. El nivel de deforestación que por parte de nacionales haitianos están realizando, es alarmante, según cuenta el alcalde Hipólito Valenzuela. “La deforestación que los haitianos están haciendo en toda la parte alta de la Loma Nalga de Maco, La Sierrecita, Río Limpio y también en la parte baja, amerita una intervención urgente del Ministerio de Medio Ambiente”.
Aunque considera que el problema con los nacionales haitianos radica en su falta de consciencia para preservar el bosque, también reconoce que existe un contubernio con dominicanos, que usan a la mano de obra de los extranjeros para deforestar y hacer conucos.
“Ahora mismo usted se para en la carretera internacional y si pasan 10 haitianos del lado dominicano, hacia su país, todo llevan madera para cocer sus alimentos o hacer hornos”, dijo con preocupación.
Reveló que áreas que antes eran vírgenes y lucían el verdor de sus árboles, “hoy están devastadas”, y estima que alrededor de un 40%, ha sido deforestado, sin que nadie haga algo al respecto.
Una salida a la crisis. Entre sus aspiraciones con las autoridades de Medio Ambiente está, que Pedro Santana sea incluido en el proyecto agroforestal que se ejecuta en Hondo Valle y la Sierra de Neiba, el cual aseguró ha sido todo un éxito para esas zonas.
“Esto resolverá un problema en doble vía. Primero el de la deforestación, pero también le dará empleo a esos agricultores que trabajan en tierra alta y que dependen de una cosecha para sus ingresos”, dijo.
El alcalde considera que si ese vivero forestal, donde se producirán plantas de especies nativas y endémicas de la zona, se podría aplicar desde su municipio, hasta La Sierrecita, abarcando unos 90 kilómetros de tierra alta donde se puede reforestar con aguacate, café, mango y maderables.
Sin camiones de bomberos ni de recoger basura. El poblado de 164 kilómetros cuadrados genera diariamente una tonelada de basura, la cual debe ser recogida de forma rudimentaria en un volteo, ya que no poseen camiones recolectores, como se hace en sociedades modernas.
Igual se necesita un camión de bomberos, pues ya el cabildo construyó la estación, pero no tienen los equipos para enfrentar cualquier siniestro en la comunidad.
Sin servicios de salud. El centro médico más cercano está en Bánica, pero casi siempre los enfermos son referidos al Hospital Doctor Alejandro Cabral que se encuentra a 90 kilómetros.
“Estamos pidiendo un hospital, pues lo que tenemos es una clínica rural que fue inaugurada en el 1979”, dijo Hipólito Valenzuela, quien reveló que la misma posee dos camas.
Explicó que se hizo la petición al director general de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), Francisco Pagán Rodríguez, donde se le pide que por lo menos haga un anexo al antiguo local donde busca aplicar salud a los ciudadanos, pero que hasta la fecha no han tenido respuesta.
“Hemos tenido un crecimiento poblacional; en este momento el hospital de Bánica está en reconstrucción, lo cual es un problema para las personas que tienen algún accidente o están enfermas”, explicó.
Para complicar las cosas, la pequeña clínica rural solo cuenta con dos médicos pasantes, que solo desean ver cumplir su ciclo e irse. “Hacemos un llamado al director del Servicio Nacional de Salud, para que se nombre por lo menos un médico ayudante, para tener la garantía de control, porque cada vez que los pasantes terminan todo el ciclo vuelve a cero”, indicó.
Cuenta que muchas veces se quedan sin personal, porque los pasantes se fueron y desde el Ministerio de Salud Pública se les olvida asignar a nuevos.
Citó que en una ocasión se intoxicaron una gran cantidad de personas por la ingesta del clerén (bebida alcohólica haitiana fabricada ilegalmente) y por falta de atención, fallecieron 21 personas en dos días. “Muchos murieron en el camino, porque no había forma de estabilizarlos. Merecemos ya un hospital”, aseguró.
Aunque las calles del municipio están casi todas asfaltadas, recientemente recibieron energía eléctrica unas 12 comunidades y en Pedro Santana las escuelas están funcionando bien, lo cual es un punto que mejora en parte la calidad de vida de esos coterráneos, sin dudas que se hace inminente un mayor énfasis del Gobierno oficial en esa zona, que a pesar de la distancia, sigue siendo dominicana.
10,000
Personas. Es de manera aproximada la cantidad de habitantes que conforman el fronterizo municipio de Pedro Santana, en la provincia de Elías Piña.
1
Acueducto. La construcción de un acueducto o una planta de tratamiento para el agua, es otra de las aspiraciones de los habitantes de Pedro Santana, ya que para abastecerse deben comprar camiones o en su defecto ir al río a buscar y correr el riesgo de contraer una bacteria si la consumen. Se puede durar hasta dos días sin agua.
Otras necesidades
Preocupante
El mejoramiento de las vías de acceso y los caminos vecinales de Pedro Santana y un firme respaldo a los agricultores también preocupan grandemente a la directiva del cabildo de ese municipio. “Queremos un apoyo a la agricultura, porque tenemos un 64% de nuestra población que vive en la zona rural, que depende de la agricultura de tierra alta y la falta de lluvia ha afectado, lo cual también ha impactado el acueducto”.
Muy urgente
Otro problema es la deforestación criminal e implacable, lo cual considera el Gobierno debe ir a atender con urgencia. “Nosotros tenemos tres ríos, unas 40 cañadas y pequeños riachuelos de la cual dependen comunidades como Guayajayuco, río Limpio (distrito municipal), el municipio de Pedro Santana, el municipio de Bánica y una parte muy importante del territorio haitiano”. Dijo que actualmente todas estas zonas están precariamente siendo suplidas por el río Artibonito y que si no se toman las medidas drásticas, dicho río no tendrá vida en los próximos años, como sucede con el río Los Pilones.

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