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Cada vez son más alentadoras las expectativas de mejora del sistema energético del país. El más reciente destello es el anuncio hecho por la CDEEE para la próxima apertura de un proceso de licitación para la compra de energía, una previsión que se adopta al aproximarse el final de una pesadilla denominada Acuerdo de Madrid, suscrita en 2001 y a la que se atribuye gran parte de la calamidad técnica, financiera y operativa que padece este sector, en perjuicio de la economía nacional.
Aunque el último de estos acuerdos vence en agosto de 2016, las autoridades necesitan convocar desde ahora a licitaciones para determinar cuántas empresas están interesadas en vender energía a las distribuidoras, determinar cuáles califican, conocer sus ofertas y otros detalles que conducirían a la firma de contratos de corto plazo, de al menos dos años de duración. Es un proceso delicado y que requiere tiempo.
Este nuevo signo alentador se suma a las transformaciones técnicas que procuran abaratar los costos de generación mediante la construcción de dos plantas a carbón, que dan al Estado participación y mejor capacidad de negociación en el mercado, así como la conversión a gas natural de generadoras alimentadas por derivados del petróleo. En fin, que los pasos hacia el final de la pesadilla energética parecen cada vez más firmes y confiables.
EL TRISTE DRAMA DEL ENVEJECIENTE
La protección de los envejecientes es un mito en este país, que paga a muchos de ellos pensiones de RD5,050 mensuales y conmina a servidores públicos a permanecer en los puestos de trabajo aún en la edad de retiro, con tal de no perder su seguro de salud. La insuficiencia económica es tal, que muchos envejecientes tienen que empeñar sus pensiones a usureros para poder cubrir gastos médicos y de alimentación.
A propósito de esta desgarradora realidad, el Consejo Nacional de Unidad Sindical (CNUS) ha anunciado que iniciará acciones para exigir, incluso a través de recurso de amparo y otros instrumentos jurídicos, modificaciones en la ley de seguridad social para que se mejore la situación económica y la cobertura de la seguridad social de los envejecientes pensionados. Hay que acabar esa denegación de justicia social.
