Haciendo zafra con el Estado

Haciendo zafra con el Estado

Términos tan propios de cualquier programa o política de protección de bienes públicos como “investigación”, “control” y “seguimiento” a los gastos aparecen sin vigencia en ámbitos del Estado tras conocerse los resultados de auditoría suscrita por la Cámara de Cuentas que saca a la luz una montaña de irregularidades y fraudes por miles de millones de pesos en la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses, Omsa. Queda seriamente cuestionado el papel de organismos de fiscalización del patrimonio público incluyendo la supervisión que debe ser permanente y profunda sobre las “compras y contrataciones” a cargo de una entidad que, por lo sabido, ha navegado ciegamente sobre un mar de cosas a nivel oficial. Si nos atenemos a los discursos y poses, sobre todo para consumo externo, República Dominicana está “a la vanguardia de las medidas contra la corrupción”.
Los hechos exponen otra realidad por lo ocurrido con recursos que han estado cambiando de manos a la buena de Dios, escapando a vigilancia ética y efectivos controles contables. A esta apreciación se llega no solo por el escándalo destapado en la Omsa por una entidad que a su vez ha sido cuestionada por su libertad para gastar y subirse sueldos. El país ha estado en prolongada y suspicaz espera por conocer resultados de auditorías forenses practicadas a organismos e inversiones de grandes partidas presupuestarias.

Educar para la auto protección

Sin educación sexual en los centros escolares (cuya entrada formal es retrasada sin ninguna justificación) los índices de embarazos en adolescentes -y ahora también de enfermedades venéreas en niños- van a seguir preocupantemente altos en el país. Por encima del promedio en la región. La presunción de que tales enseñanzas no disuaden a los chicos de involucrarse en relaciones precoces no tiene validez. Las prácticas sexuales a temprana edad, sin madurez fisiológica, son tan objetables desde el punto de vista científico y pedagógico como desde puntos de vista religiosos y morales. La enseñanza sexual en aulas debe tener como objetivo ilustrar a los alumnos sobre las consecuencias negativas del contacto sexual antes de la madurez. Impartir conocimiento elemental sobre contagio y procreación puede propiciar la toma inteligente de decisiones para la autoprotección.

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