Haití: caldera a punto de estallar

Haití: caldera a punto de estallar

Michel Martelly sale hoy del poder dejando a Haití en una crisis institucional agravada. Ante el fracaso de las elecciones del 25 de octubre del año pasado y la imposibilidad de efectuar la segunda vuelta electoral por la convulsa situación, se apelará a la elección de un Gobierno de transición que durará 120 días, durante los cuales se organizarán elecciones para el 24 de abril. Es un analgésico para una caldera político-social a punto de estallar.

La condición de Estado fallido que ha perseguido a Haití a través de su historia obliga nuevamente a adoptar medidas especiales de prevención en la frontera, ante la latencia de una violencia política y un descontento social que siempre empuja hacia este lado a quienes huyen de la situación. La OEA, que estuvo mediando, retira su misión de Haití declarándose satisfecha por un acuerdo que, de todos modos, no garantiza la atenuación del descontento.

Las potencias amigas de Haití, como Estados Unidos, Canadá y Francia, han abierto la boca para pedir acuerdos, pero no han movido un dedo para propiciar una auténtica organización institucional que haga de ese país un Estado democrático viable, capaz de sacudirse los escombros que han tarado su avance desde mucho antes del terremoto del 2010. Nosotros seguimos de este lado de la frontera, a la expectativa de lo que nos pueda llegar desde aquel lado.

Que no se oculte  nada del zika

Las autoridades sanitarias no han vuelto a hablar de nuestra situación en cuanto al virus del zika. Despierta justificable suspicacia el silencio que han mantenido desde que informaron la comprobación de diez casos positivos de contagio, entre 25 muestras mandadas a examinar a Estados Unidos. Si el virus del zika ha avanzado o retrocedido, es el secreto mejor guardado. Aunque la emergencia decretada por la OMS es de alcance mundial, es curioso que países como Colombia confirmen 22,600 casos positivos y que aquí, salvo los diez resultados comprobados, no se habla de cómo ha evolucionado el problema.

Lo sensato es decirle al país la realidad de lo que esté ocurriendo, seguir actuando en prevención y orientar permanentemente a la población para que evite en lo posible el contagio con el virus.

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