Hasta siempre Ana María Acevedo

Hasta siempre Ana María Acevedo

Socióloga, experta en encuestas, militante política, madre, hermana y esposa de un gran amigo, Radhamés Abreu, Ana María fue una gran mujer cuya trascendencia esta más allá de los atributos que definen muchos de sus amigos al despedirla la tarde del lunes 26 de enero.

La conocí en San Francisco de Macorís en el año 1973, en las giras que hacían los grupos sindicales, culturales y políticos reclamando la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados.

Un año después, julio de 1974, se funda Casa de Teatro, esa iniciativa de Freddy Ginebra que dio cabida a la expresión del arte y del teatro en la mejor expresión que hayamos conocido: ahí estaba Ana María, fue por muchos años la cara de Casa de Teatro.

Teníamos amigas y amigos en común, y nos profesábamos un gran respeto. La última vez que hablamos fue en la Navidad del 2012, nos encontramos en el Supermercado, nos detuvimos a pasar revista.

Hablamos de la familia, de los hijos y los nietos, ambas nos reímos mucho de cuanto se quieren los nietos.

“Me gusta el trabajo que haces, está muy bien, si necesitas algún apoyo no dudes en contar conmigo”. De esa manera se despidió con su carrito de compras y yo con el mío. Sentí una gran satisfacción al ser valorada por ella, tan íntegra y solidaria.

Si hay una palabra para definir a Ana María es solidaridad. La conocí ejerciendo la solidaridad y el compromiso con las mejores causas.

Ella luchó hasta el final con la enfermedad de moda, cáncer de senos; ella resistente, invencible ya no pudo más y se nos fue aunque todavía le quedaban muchas cosas por hacer, no solo encuestas, sino más aporte a este pueblo donde se necesita de gente como ella para la construcción social.

La militancia política dijo adiós a Ana María en esa tarde gris de enero, donde acudimos a decir el último adiós a una gran mujer de nuestro país.

Ante su ausencia, nos queda su legado, sus recuerdos y su familia. Quien ha sido como ella deja un gran vacío, un espacio que de verdad nadie podrá llenar.

Quienes fueron sus compañeros de trabajo la definieron como una excelente gerente: responsable, con don de gente, trabajadora y respetuosa de las reglas y las normas. Muchos recuerdan su labor en PROCOMUNIDAD, la defensa que hacía de cada peso que ingresaba y la distribución de los mismos en los proyectos en comunidades lejanas donde sentó el precedente por el que también se la recuerda.

Siento mucho dolor por la partida de Ana María, por ser como fue, por sus valores, su inteligencia y seriedad en su trabajo profesional. Adiós amiga, nos duele que te hayas ido.

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