«Hay que pelear ahora»

«Hay que pelear ahora»

Cuando vi la noticia de que un funcionario del gobierno y tres militantes del Partido de la Liberación Dominicana resultaron heridos de bala en Nigua, San Cristóbal, solo me atuve a recordar la frase que encabeza este artículo pronunciada por el Jefe del Estado, luego de una visita que le hiciera a un dirigente reformista la pasada semana, y en donde rehuyo bajar el tono del debate electoral.

Exactamente, cuando se le preguntó al primer mandatario de la Nación que obtempere al llamado de los sectores que piden elevar el debate durante la campaña, sus palabras textuales fueron: Que esperan que pasen las elecciones y después de eso hablamos. Hay que pelear ahora», dijo Mejía, y así lo recogió la prensa nacional.

Ciertamente, el país, de continuar con esa actitud beligerante en el lenguaje político, se apresta a incursionar en una suerte de pelea de gallos; es como si los dominicanos se abocaran a un escenario en donde, por un lado, hay un gallo, que resulta que es el Jefe del Estado, jefe de la Policía, del ejército; de todos los departamentos de recaudación, de los de distribución de alimentos y medicinas, del departamento de reparación y construcción de viviendas, en fin, es el jefe del Presupuesto de la Nación.

Y, por otro, hay otro gallo, que tiene un gran respaldo popular, dispuesto a lo que sea, para que se le respete esa simpatía y ese respaldo que ya se ha granjeado en los sondeos electorales, y que no está dispuesto a que le boicoteen el resultado electoral, que desde ya, le resulta altamente favorable. Este gallo, que mejor debería considerarse el León, aunque no tiene los poderes del Estado a su favor, si tiene el poder del pueblo que le respalda. Y, sobre todo, una opinión pública internacional que desea que se haga un proceso electoral con transparencia.

Siguiendo con la topología de la gallera, resulta, sin embargo, que quien tiene que trazar la pauta del debate electoral es el gallo que dirige el Estado; quien tiene que poner reglas de convivencia democrática, de respeto, de competencia, pero con nivel, con respeto, sin ofensas, sin decir que al otro gallo se le ponen sudorosas las manos y le tiemblan los pies, es al jefe del Estado. Porque esos ataques obligan al gallo de la oposición a responderle y comparar al gallo del PRD con el personaje de una novela que parece no tener cerebro, o que tiene muy poco.

Es al Presidente de la República a quien le cabe la responsabilidad de que en el país haya un clima de tranquilidad, de orden y respeto. Es al jefe del Estado a quien mayor responsabilidad le cae de que se respete el derecho que tienen la población de participar manifestaciones populares, no importa del partido que sea; y debe ser el jefe del Estado quien provea protección para que haya tranquilidad y orden.

El gallo del PPH y el PRD, no puede hacer un torneo electoral descendiendo el lenguaje electoral a nivel de insultos y diatribas. Con eso, lo que se busca es intimidar al otro gallo, y a su partido. Pero, resulta, que estos no están por dejarse intimidar ni por el gallo que dirige el Estado ni por nadie.

Entonces, hay que ver si se trata de un interés marcado por parte del gallo que dirige el Estado en propiciar que haya un clima de violencia y de confrontación para que la gente no salga a votar el día de las elecciones.

Es bueno que esto se aclare a nivel nacional e internacional.

Porque de ser esto así, se estaría desde ya ante una nueva modalidad de fraude, que sería el uso del miedo, como método de intimidación mediante la violencia, para que la gente no salga a votar, y generar que no haya una votación masiva a favor del gallo, o el León, que aparenta tener ya el respaldo del pueblo.

La cuestión parece estar clara: o se producirán más heridos o muertos en el torneo electoral, mediante el estimulo de la agresión verbal, y la incitación a la violencia para que la gente no vote libremente; o habrá un adecentamiento del lenguaje político, y se llamarán a los seguidores de cada parcela política a no entrar en provocaciones ni confrontaciones y tomar los correctivos apropiados para que no se produzcan incidentes en esta campaña electoral? La interrogante está planteada.

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