Hechos aislados.- Al director del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) se le atribuye calificar de hecho aislado la protesta frente al consulado dominicano de Anse -á–Pitre que degeneró en la retención forzosa de siete empleados de esa legación, incluidos tres militares, en represalia por el apresamiento de siete pescadores haitianos que faenaban ilegalmente en aguas dominicanas, y no dudo que así calificaría también el incidente, ese mismo día, en el que resultó herida de una pedrada en la cara una empleada de Migración durante un incidente entre haitianos que pretendían ingresar de manera ilegal al país y autoridades dominicanas de puesto en Jimaní. Se trató, aunque los responsables de resguardar la frontera los minimicen, de dos hechos graves, indicadores del ánimo belicoso que prima del lado haitiano y, sobre todo, de la creciente tendencia de nuestros vecinos a solventar de manera violenta los conflictos propios de dos países limítrofes. ¿Cada vez que la Armada aprese a pescadores haitianos en aguas dominicanas debemos esperar represalias? ¿Tendremos que acostumbrarnos a que las autoridades de Migración sean agredidas por hacer cumplir las normas legales para ingresar a territorio dominicano? ¿De ahora en adelante esos conflictos se resolverán “intercambiando prisioneros” como dos países en guerra, verbigracia los pescadores haitianos canjeados por los empleados del consulado? El general Carlos Aguirre Reyes, director del Cesfront, insiste en que la protesta en Anse –á– Pitre fue un hecho puntual, “algo que uno no espera que vuelva a repetirse”, y ojalá tenga razón. Pero cuando uno ve que se insiste en decir que todo está “bajo control” en una frontera que en estos momentos es tan solo imaginaria, o si algo se sale de control solo es un “hecho aislado”, tiene necesariamente que preocuparse, mucho más si se nos pide “paciencia” frente a una invasión pacífica que se nos quiere vender como algo “natural”.