Era miércoles 25 de septiembre de 1963. Laborábamos en la Corporación Azucarera Dominicana, luego convertida en CEA. Junto a Lisandro Macarrulla, Tácito Perdomo, Freddy Madera, David Brewer, Guillermo Comme, Fidias Cabrera, Julio Cruz Peña, Gómez Cruz, Elvira Johnson, y otros, formábamos parte de la recién constituida Asociación de Empleados Azucareros. Esa tarde, nos reunimos para comentar sobre los problemas políticos del momento. Pero esa misma noche, se produjo el Golpe de Estado al Presidente Juan Bosch.
La composición de la directiva era ecléctica: catorcistas, socialcristianos, perredeístas y un cívico. Todas las Centrales Sindicales del país buscaban nuestra afiliación, pero habíamos decidido permanecer independientes.
Al día siguiente, jueves, al llegar a la oficina, lo primero que hicimos fue convocar una reunión de la directiva para determinar qué posición adoptaríamos. Porque había mucha confusión y la Azucarera era la principal empresa del país. A media mañana Freddy Madera nos informó que Henry Molina, Secretario General de la CASC, había invitado a una reunión en su local, para tomar una decisión frente al golpe de Estado.
La decisión adoptada fue, que como la Asociación había decidido mantenerse independiente, si alguno de los directivos quería ir a título personal lo hiciera, y así ocurrió. En las primeras horas de esa tarde, Freddy Madera, Guillermo Comme, Fidias Cabrera y yo nos dirigimos a la sede de la CASC ubicada en la calle Juan Pablo Pina. Pero al llegar, lo que vimos fue a una cantidad de policías que sacaban del local a Henry Molina, y si mal no recuerdo también a Chuchú Caminero y a Rosendo López y los introducían a empujones en guaguas celulares como se les llamaba entonces. Henry nos voceó que habláramos con García Valoy, en ese entonces fotógrafo del Listín Diario y dirigente de la CASC.
Ante esa situación, Freddy Madera, mayor que nosotros, nos aconsejó, no ir esa noche a clases en la UASD, e irnos a nuestras casas para al día siguiente determinar el plan de acción de la Asociación.
En esa primera reunión posterior al golpe, se produjo, si se quiere, una nota jocosa, porque David Brewer, antitrujillista, pero cívico rabioso, y quien no escondía su antiboschismo, se presentó temprano, y Tácito Perdomo como Lisandro Macarrulla, que a veces les gustaba dar cuerdas, le dijeron a David: bueno Sr. Brewer, imaginamos que te van a nombrar Director. Con el paso del tiempo David se convirtió en perredeísta, llegando a ser Contralor General de la República.
Las nuevas generaciones y muchos de la nuestra, tal vez no sepan, porque no siempre los historiadores recogen este tipo de acontecimiento, que Henry Molina, Secretario General de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos, fue uno de los primeros presos de los golpistas del 63. Luego fue combatiente constitucionalista junto a nosotros.
Henry Molina, un luchador de mil batallas, ahora libra probablemente una de las más importantes, la de continuar con vida. Está recluido en Cedimat. Hablo diariamente con sus hijos para transmitirles solidaridad. Oramos por el restablecimiento de nuestro querido amigo.