Heridos, disturbios y empujones fue el saldo dejado ayer por la entrega de 50 mil canastas navideñas repartidas a personas pobres por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y la Fundación Balaguer, a un costo de 53 millones de pesos.
Un hombre salió herido en la cabeza, y tuvo que ser asistido por personal del sistema 9-1-1. Toda su espalda estaba ensangrentada.
La jornada fue violenta, pues agentes policiales repartieron macanazos y vapulearon a la multitud que, desesperada y eufórica, saltaba las vallas de seguridad y trepaba por las verjas.
De esa manera, los agentes trataron de contener a la marejada que, desde tempranas horas, hacía largas filas para alcanzar una canasta.
La muchedumbre estaba formada por una legión procedente de Guachupita, Los Mina, 24 de Abril, 27 de Febrero, Capotillo, La Zurza, Gualey, Simón Bolívar, La Ciénaga y otros barrios del Gran Santo Domingo.
Los ánimos encendidos y la situación salida de control. Eso sucedió, por ejemplo, cuando abrieron un furgón que contenía raciones navideñas. Entonces la gente se lanzó a él, y hubo quien logró trepar y penetrar en su interior, a pesar de los empujones que sufrió.
Sus enormes esfuerzos fueron coronados con un saco repleto de raciones. Se llevó pan, pollo, manzana, golosinas y otros artículos.
No faltaron las quejas: unos porque no alcanzaron, otros porque fueron golpeados y agredidos. Ambas cosas fueron constatadas. Más aún: un grupo de mujeres se “fajó” con los miembros de la seguridad, y dos de ellas pudieron sortear las vallas y llegar hasta la caseta de la entrega.
Las filas eran tan largas, que la avenida Máximo Gómez tuvo que ser cerrada desde la César Nicolás Penson hasta la Simón Bolívar.
En todo caso, la tradición de las canastas lleva ya seis décadas, según Ramón Rogelio Genao, secretario general del PRSC.