Hermanos, vecinos o enemigos y la histórica “camiona”

Hermanos, vecinos o enemigos y la histórica “camiona”

Los defensores de los inmigrantes legales o ilegales haitianos en nuestro país, insisten en apelar a los históricos abusos de gobiernos previos (especialmente el de Trujillo) y los cometidos por explotadores del sector privado, para minimizar o justificar la desordenada y masiva penetración de nuestros vecinos y promover la tolerancia colectiva a esa desgracia como forma de “pagar” esos errores históricos y yo insisto en que la verdadera culpable, pasada, presente y futura de este desastre, es la miseria extrema de esa nación, sin la cual sus ciudadanos no tendrían la necesidad de someterse a denigrante explotación, ni aquí ni allá, no importa que los veamos como hermanos, vecinos o enemigos.

Cuando se ha deseado desde las esferas gubernamentales “controlar” el apogeo inmigratorio porque la “industria” del tráfico ilegal se ha visto amenazada, se ha recurrido a operativos de rastreo y detención para devolverlos en vehículos que los haitianos denominaban “camionas” aludiendo a los camiones que usaban las autoridades para transportarlos.

No conozco la metodología actual, pero antes, los militares, policías y agentes de migración pedían documentos a los haitianos y los que no los tenían los conminaban a decir “perejil” o “mercurocromo” y la pronunciación delataba casi siempre a los que deseaban aparecer como dominicanos. Lo cierto es que el anecdotario criollo recoge la expresión “yo no dici na’; mejor subimi a la camiona yiuna ve” porque el recurso resultaba casi infalible.

Con el proceso de naturalización y sus reglamentaciones no podría recomendarse usar el sistema de “la camiona”, pero es bueno recordar que la historia debería enseñarnos a sobrevivir y no debería ser excusa para suicidarnos.

 

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