Hija de Castro que no caza ratón

Hija de Castro que no caza ratón

En uno de los viajes que Raúl Castro realizó a Bulgaria, encontró que allí las calles estaban muy “limpias”, que no había elementos “antisociales” y preguntó cómo se había resuelto el problema, sobre todo de los homosexuales, que le inquietaba particularmente a él. Le contestaron: tenemos un campo en donde metemos esos antisociales, sobre todo los homosexuales que a ustedes les preocupan tanto. De ese modo se implantaron en Cuba campos semejantes”.

Esto lo narra el fallecido escritor cubano Heberto Padilla, en ocasión de una entrevista que se le hiciera en Nueva York para el documental “Conducta Impropia” que retrata la persecución de que fueron objeto los homosexuales en Cuba en los inicios de la Revolución.

 Se cuenta, también, que el ministro de interior de Cuba en aquellos tiempos, Ramiro Valdez, en visita que hiciera a Shangai, se interesó por saber cómo habían resuelto el tema de la homosexualidad.

El alcalde le informó que en una fiesta celebrada a orillas de un río donde se sabía irían muchos homosexuales un grupo de miembros del Partido acudió con estacas y luego de propinar los estacazos necesarios, lanzaron los cadáveres al río.

Esta actitud frente a los de dudosa conducta sexual, constituyó, sin dudas, una de las debilidades  iniciales del proceso revolucionario cubano.

Al ver a Mariela Castro, quien es directora del Centro de Educación Sexual de Cuba, en sus afanes de que los humanos no sean discriminados por sus preferencias sexuales y sabiendo que su padre dirigió una persecución irracional contra los que no ostentaban una conducta sexual considerada por ellos “normal”, debemos entender que los tiempos han cambiado, que la Revolución ha madurado.

Y por supuesto, que no siempre la yautía pare tacos o  hijo de gato… caza ratón.

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