FILADELFIA. En la última noche de la Convención Nacional Demócrata, la candidata a la presidencia Hillary Clinton aseguró que Estados Unidos no construirá ningún muro y que, en lugar de eso, abrirá vías a la naturalización de millones de inmigrantes que contribuyen a la economía del país.
Clinton atacó así a su rival republicano Donald Trump y a uno de los principales pilares de su campaña: la creación de una pared en la frontera con México para frenar la inmigración no autorizada.
«Creo que cuando tenemos millones de inmigrantes trabajadores que contribuyen a nuestra economía sería contraproducente e inhumano intentar expulsarlos», dijo Clinton en un discurso de una hora con el que cerró la convención y en el que aceptó la candidatura presidencial de su partido.
La aspirante a la Casa Blanca hizo breves menciones a la inmigración durante su presentación, que se enfocó en ofrecer una imagen de unidad en el Partido Demócrata después de que algunos seguidores del excandidato demócrata Bernie Sanders hayan expresado rechazo hacia ella.
Clinton describió a Trump como a un hombre bravucón y poco fiable que no puede llevar las riendas de un país.
La candidata criticó el hecho de que su rival republicano desacreditara durante su campaña electoral a un juez federal de origen mexicano por sus raíces.
Trump ha dicho que el juez Gonzalo Curiel no es imparcial en una demanda que instruye y que fue presentada por antiguos alumnos de la Universidad Trump contra el magnate. El político republicano aseguró que Curiel no es imparcial porque sus padres nacieron en México y Trump promueve la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos.
«Basta ya de intolerancia», declaró la ex primera dama y ex secretaria de Estado.
Clinton también dijo que los estadounidenses deben ponerse en el lugar de hombres hispanos y afro-estadounidenses que «enfrentan un racismo sistemático».
La candidata ha dicho que durante los primeros 100 días de su gobierno presentará una propuesta de reforma migratoria que abra vías a la naturalización de muchos de los 11 millones de inmigrantes que viven sin autorización en el país.
«Es lo correcto», declaró durante su discurso del jueves.
También ha dicho que si la ley se lo permite, propondrá planes de alivio migratorio adicionales a los que ya promovió el presidente Barack Obama para proteger a familias de la deportación.
Durante la Convención Republicana que se celebró la semana pasada en Cleveland, Trump criticó a Clinton por presentar propuestas migratorias que describió como «radicales» porque «harán que las escuelas rebasen su capacidad, reducirán los sueldos y dificultarán a los inmigrantes recientes salir de la pobreza en que están y harán casi imposible que lleguen a la clase media».
El candidato republicano ofendió a muchos en la comunidad latina cuando el año pasado dijo que entre los inmigrantes mexicanos hay violadores y delincuentes que llevan drogas a Estados Unidos.
Por su parte, la campaña de Clinton intentó estos días captar la atención de los hispanos del país al incluir más de una veintena de oradores latinos en la Convención. Entre ellos hubo una niña estadounidense de 11 años llamada Karla Ortiz que dijo que tenía miedo de que deportasen a su madre guatemalteca, quien habló después desde el podio en español.
También hablaron dos jóvenes que llegaron al país con sus familias sin permiso de residencia cuando eran niñas. La defensora de derechos civiles Dolores Huerta y políticos como Joaquín Castro, que representa a Texas en la cámara baja, fueron otros de los oradores.
La campaña de Clinton espera que la elección de Tim Kaine como candidato a vicepresidente ayude a captar a los votantes hispanos, ya que él habla español. Kaine habló el miércoles, a veces en ese idioma, de los valores que aprendió en Honduras cuando trabajaba con misiones jesuitas.
Según un sondeo de Gallup publicado este año, un 77% de los hispanos del país tiene una opinión desfavorable de Trump, mientras que un 12% tiene una opinión favorable.
Los republicanos esperan llegar a la Casa Blanca el 8 de noviembre por primera vez desde 2004. Como respuesta al discurso de Clinton, el Comité Nacional Republicano emitió un comunicado el jueves diciendo que los planes fiscales de la aspirante demócrata a la Casa Blanca dañarán a la economía estadounidense.