TOPSHOT - US Democratic presidential candidate Hillary Clinton and US Republican presidential candidate Donald Trump debate during the second presidential debate at Washington University in St. Louis, Missouri, on October 9, 2016. / AFP / Robyn Beck
Hillary Clinton y Donald Trump se lanzaron ayer en un frenético recorrido por un puñado de estados para movilizar y convencer a los últimos indecisos de las reñidas presidenciales del martes en Estados Unidos. A cuatro días de la elección, la exsecretaria de Estado exhibe una leve ventaja en las encuestas, pero la polémica que sigue rodeando a sus correos electrónicos ha dado un necesitado impulso al magnate inmobiliario, que desde hace 16 meses rompe todos los pronósticos.
«¿Cómo puede Hillary manejar este país cuando ni siquiera puede manejar sus correos?», se preguntó Trump en New Hampshire, un Estado disputado, llamando a Clinton un «ángel» protegido por la clase política y la justicia.
De llegar a la Casa Blanca, la demócrata «probablemente estará por mucho tiempo bajo investigación, que concluirá en un juicio», señaló el aspirante republicano, que remontó la cuesta y logró colocarse 1,5 puntos por delante de la candidata demócrata en ese Estado del noreste. El promedio de encuestas nacionales da a Clinton 45.3% de las intenciones de voto frente a 42.7% para Trump, según el sitio Real Clear Politics: un final de suspenso para una campaña plagada de acusaciones e invectivas y carente de un serio debate político.
Mientras el impetuoso Trump tempera su discurso y se muestra más disciplinado, la experimentada pero a veces acartonada Clinton se rodea de celebridades, en un urgente clamor a la movilización del voto joven y negro, integrante primordial de su base de apoyo. La candidata demócrata cerrará la jornada del viernes en compañía de la nobleza del pop, cuando el rapero Jay Z y su esposa la «reina» Beyoncé ofrezcan un concierto de tintes partidistas en Cleveland, en el disputado Estado de Ohio (norte).
Pero antes pidió a sus seguidores en Pensilvania (este) imaginar una posible presidencia de Trump, tachando al magnate como un intolerante de «piel sensible» que ataca a las mujeres y las minorías, y fulmina a sus críticos. «La opción no puede ser más clara», dijo Clinton ante unos 2,500 seguidores en Pittsburgh. «¿Vamos a construir un Estados Unidos más fuerte y más justo o vamos a tener miedo unos de los otros y del futuro?».
Clinton y Trump luchan codo a codo en Ohio y Pensilvania, que junto a Michigan constituyen el antiguo centro industrial de Estados Unidos y son clave en esta elección.