Hípica por dentro

Hípica por dentro

“EL AVANCE DE NUESTRA HÍPICA”

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Naturalmente, cuando fue inaugurado el desaparecido hipódromo Perla Antillana, no existían los establos, ya que todos los ejemplares que vieron acción en la fecha de su apertura, pertenecían a la empresa, fueron transcurridas algunas carteleras cuando empezaron a funcionar las cuadras, que fue el nombre original que se les dio.

Las pioneras de las cuadras de aquel entonces fueron la Haronid, de Ramfis Trujillo, la Engombe de Nene Trujillo, la Caribbean, de Francisco Martinez Alba, (Paquito), la don Antonio Armentéros, la de Manguel Pérez, la de don Mon Saviñon, la 22-22 de don Cuso García, y la de un americano de nombre Artur Hansen, y muchos otros que sería prolijo enumerar. Después de la inauguración del actual hipódromo de nombre V Centenario, las cosas son muy distintas a la época romántica, ya que para mantener un establo de caballos pura sangre de carrera, en la actualidad hay que hacer inversiones millonarias, ya que el precio de un potro o potranca, sea nativo o importado, son muy altos, más los costos de manutención son elevados, para mantener los ejemplares.

 

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