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Prefiero no decir nada más en cuanto a su desarrollo e incremento, somos latinos y como tales dado a la hipérbola más amplia y, estamos tan contentos con esta cualidad con que Dios nos ha bendecido, que sonreímos complacido cuando nos hablan de ellas, así pues, siendo tan numerosos los ejemplos que pudiéramos citar, prefiero no poner ninguno por sobrar a mayor abundamiento.
La reproducción de la “oreja”, es lógica y natural, crece en progresión geométrica casi ilimitadamente (no tiene más limite real que el tiempo) ¿Qué aficionado al hipismo no tiene un par de amigos íntimos a los que es incapaz de ocultar lo que le han dicho acerca de las próximas carreras?
Hagan ustedes números si tienen tiempo y humor y, calculen que si de una oreja que nos llega, hacemos participes a dos amigos y cada uno de estos a su vez a otros dos, seremos siete (cuatro nuevos y tres antiguos) los que disfrutaremos de la “torta, esto a la primera generación”, vayan doblando y sumando los lectores y llegan a cifras asombrosas de orejeros que se comunicaran tras la comunicación de una oreja, relacionada con un día de carrera. A los seguidores de la hípica a nivel nacional e internaconal le gusta el tema.