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No volvió el caballo a la tierra de sus mayores, sino hasta que Cristóbal Colón, el Genovés que navegaba bajo la bandera de la Católica España, lo trajo primero a “Santo Domingo”. Se dice que a Colón le habían dado caballos finos cuando iba a emprender el viaje con la Pinta, Santa María y La niña, pero algún “Vivo” creyendo que fracasaría en su aventura, los cambiados por caballos corrientes. Quizás haya sido así, pero el caso es que después de que Colón desembarcó el 12 de octubre de 1492 en “Santo Domingo”, ahí se comenzaron a criar caballos y estos fueron los de la razas que había en la península ibérica, el conocido como español, descendientes de los Guzmán y Valencia, producto de la cruza del caballo berberico de los moro con los ibéricos sorraja y garrano, proveniente de los caballos llevados por el sur, por los descendientes cartagineses de los fenicios, por el norte, y por los celtas.