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La muerte del formidable pura sangre de carrera importados de nombre “CÉSAR” sintetizó todo un drama, cuando cayó a la pista momento después de haber finalizado una competencia que partió del poste de los 1,400 metros, precisamente en la que participaban dos ejemplares que conjuntamente con él eran la atracción de la gran familia hípica de los años de 1947, en el hipódromo Perla Antillana.
Su muerte sorprendió a muchos de los presentes que presenciaban la cartelera de aquel lamentable domingo, ya que cuando cruzó el espejo, arribando en un tercer lugar, se veía normal, con el jinete F. Cabera sobre la silla, pero de repente cuando regresaba del evento se desplomó cayéndole arriba a su jinete, ocasionándole golpes de poca consideración.
Momentos después, tras terrible agonía “CESAR” dejaba de existir.
Los fanáticos que, tan pronto se dieron cuenta de lo que sucedió a pocos metros del grand stand, corrieron presurosos a rescatar al jinete Cabrera, que había quedado debajo del noble bruto.
La muerte del ejemplar ocurrió durante su participación en un programa de carrera en el hipódromo Perla Antillana, con una gran asistencia en el parque hípico.