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Cuando War Admiral, ganó la primera pata de la Triple Corona, de la tierra del Tío Sam, de nombre Kentucky Derby, como sólido favorito y los 5,000 aficionados que aquella tarde se dieron cita Churchill Down, disfrutaron de su triunfo de punta a punta partiendo por dentro en un lote de 20 competidores, arribando en el segundo puesto a “Pompoon por 1 ¾ cuerpos. En el Preskness, “War Admiral”, fue más dramático ya que no quería entrar al aparato de salida. (de hecho ya había retrasado 7 minutos la partida en el Chesapeake Stakes), pese al accidente tomó la punta en la partida pero a la entrada de la recta “Pompoon” se le fue encima para protagonizar una emocionante recta final, hasta ocho cuerpos le sacaron al pelotón, para que en la raya “War Admiral” sacara una cabeza de ventaja, como si hubiera escuchado aquel tango tan de moda en ese momento por allá en Río Plata “Por una Cabeza de un noble Potrillo” la cual cantaba Carlos Gardel. Pero tres semanas después la cita del Belmont Stakes, fue otra emocionante competencia, la cual era esperada por la fanaticada norteamericana, ya que si salía triunfador se convertiría en el cuarto noble bruto en conquistar el tan difífil trofeo.