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Así fue que en 1886 Archer se esforzó particularmente para poder montar a “Saint Mirin en el Cambridgeshire Stakes, una de las carreras más famosas de Irlanda.
Se salió con la suya una vez más. Exprimido al máximo, tripuló a Saint Mirin. Usaba un albardoncillo minúsculo e iba enfundado en pantalones y camisa hechos de seda delgadísima. Aún así, registró una libra de sobrepeso. Hizo cuanto pudo por llevar al triunfo a Saint Mirin, pero falló en cerradísimo final. Fue derrotado por cabeza pot The Seilor Prince, que recibía 14 libras de ventaja de su caballo.
Muchos achacaron el fracaso de Saint Mirin, a su extrema debilidad. Muchos otros lo defendieron insistiendo en que era una injusticia culparlo de la derrota.
También se afirmaba que Archer le había apostado una fortuna a su caballo. Se especulaba que, debido a que pensaba retirarse se había jugado el todo por el todo. Se agregaba que el hombre estaba en problemas económicos. Montó su última carrera una semana después de su descalabro con Saint Mirin. Estuvo a punto de caerse de su ejemplar cerca de la meta. La agonía estaba llegando a su punto más álgido. Sus amigos le aconsejaron que no insistiera más. Luismarquez30@claro.net.do