La hípica en América tuvo su nacimiento en los hipódromos neoyorkinos. En algunos países sudamericanos la hípica tomó carta de naturalización más rápida que en otras naciones. Se debió a los cambios socioeconómicos que se operaron, dada la intensa migración europea.
La hípica caribeña, con acusados altibajos, se desarrolló lo mismo en Colombia, Venezuela, Cuba, Panamá, Puerto Rico, México, Jamaica, Trinidad y Tobago y en Santo Domingo. En todos esos países la hípica ha ido en aumento y hoy se logran presentar espectáculos dignos y en escenarios adecuados. Naturalmente, cuando se habla del pura sangre, hay que anotar que todos descienden de tres jefes de razas, porque los actuales caballos de carrera del mundo provienen de tres pura sangre británicos cuyos nombres fueron Eclipse, Herod y Matchen, hijos respectivamente de Darley Arabian, Byerley Turk y Dolphin Arabian.
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