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La industria caballar ha sido típicamente reticente en aceptar técnicas de cruzas adoptadas por los especialistas en ganado lechero y de carne. Por ejemplo, la recolección e inseminación artificial se ha se convertido en práctica de rutina de las industrias lecheras y carne, pero ha sido adoptada en forma muy lenta, con reglamentos variables y reservados por los registros de raza equina. Y mientras algunos de los registros más conservadores aún se rehúsan a aceptar la inseminación artificial, otro procedimiento, más reciente y aun más controverso, está comenzando a ser adaptado por la industria lechera y de carne y refinado en varios centros de investigación de todo el país para abastecer las necesidades de los criadores equinos.
El procedimiento conocido como transferencia embrionaria o trasplante embrionario consiste en remover el huevo fertilizado o embrión de la madre genética o yegua donadora y colocarlo en el tracto reproductor de una yegua suplente para que ésta lleve consigo el potro hasta su término. Desde hace varios años se ha practicado.