Hipótesis Draghi para Europa con baja inflación

Hipótesis Draghi para Europa con baja inflación

Pese a los temores de una época de deflación al estilo japonés, una amenaza más probable para Europa es lo que los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) están llamando “lowflation”.

Un período sostenido de una inflación ultra-baja, aunque en alza, tiene todavía el potencial de destruir la producción, lesionar la contratación y revivir recuerdos de la crisis fiscal reciente afectando la capacidad de los gobiernos para pagar deuda.

En tanto, datos de ayer mostraron una inflación de aproximadamente la cuarta parte del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) apenas por debajo de 2 por ciento, el presidente Mario Draghi se ve presionado a reaccionar.

“Es imperativo que la inflación vuelva a la meta lo más rápido posible”, dijo David Mackie, economista principal para Europa Occidental en JPMorgan Chase Co. en Londres.

“El BCE debe reconocer que tener una inflación baja durante largo tiempo no es neutro”.

Draghi y sus colegas diseñadores de la política se reúnen en Fráncfort el 3 de abril con aumentos en el índice de precios al consumidor que se desvanecieron hasta 0,5 por ciento en marzo, el nivel más bajo en más de cuatro años. Esto reforzó las versiones de que Europa corre un mayor peligro de deflación. Estos temores tal vez sean infundados, como lo indicaron los recientes discursos de Draghi y lo ilustró un blog del FMI del 4 de marzo.

En febrero, los precios bajaron en cuatro países –Grecia, Chipre, Portugal y Eslovaquia- en comparación con 12 en 2009. Cuatro quintos de los componentes del índice de precios al consumidor en la región están en alza, y las caídas en los precios de la energía explican en gran medida la desaceleración más amplia.

Actividad industrial. En un signo de que la economía se afirma, los índices de gestores de compras publicados la semana pasada demostraron que la actividad industrial y de servicios en el primer trimestre fue la más fuerte en casi tres años, y la confianza en la región alcanzó el nivel más alto desde 2011.

Por su parte, la llamada tasa de inflación implícita a cinco años, cinco años más adelante, un indicador de las expectativas inflacionarias en los cinco años a partir de 2019, se mantiene en torno del 2 por ciento.

Por ahora, Draghi pronostica que la recuperación económica cada vez más fuerte a la larga elevará la inflación, que para el BCE promediará 1,3 por ciento el año próximo y 1,5 por ciento en 2016 después de un 1 por ciento este año.

“Si aparecen riesgos negativos para esta hipótesis, estamos listos para tomar más medidas de política monetaria que garanticen el cumplimiento de nuestro mandato”, dijo Draghi en París el 25 de marzo. “En otras palabras, haremos lo que sea necesario para mantener la estabilidad de precios”.

Algunas de sus opciones son: otra reducción de la tasa de interés después de haber bajado la tasa principal de refinanciación hasta un mínimo récord de 0,25 por ciento en noviembre, cobrar a los bancos por estacionar fondos ociosos en el BCE, prestarles efectivo nuevo o dejar de absorber la liquidez de la compra de bonos de la época de crisis. Podría incluso comenzar una flexibilización cuantitativa, que, según dijo la semana pasada el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, es permisible en determinadas circunstancias.

 

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas