Historia clínica y pacientes odontológicos

Historia clínica y pacientes odontológicos

El cuerpo humano es un conjunto de órganos que dan forma al hombre. Todos están enlazados entre sí, por lo tanto no se habla de que el corazón, el hígado o un diente está enfermo, sino que el individuo goza o no de salud.
El sentir, pensar, encarar las diferentes situaciones de la vida diaria, en fin, la parte psicológica, indiscutiblemente, influye en el estado que se encuentra el individuo; tanto de ánimo como físico. A los pacientes con una actitud negativa, estado depresivo o ansiosos, se les debe prestar una atención especial y combinar el tratamiento en ambas caras de la moneda: físico y mental.
La salud oral no es la excepción. Está íntimamente ligada a la salud en general.

La historia clínica es de vital importancia en el diagnóstico y plan de tratamiento odontológico; por lo tanto al momento de realizarla el paciente debe cooperar brindando toda la información posible, de forma verídica. El odontólogo debe escudriñar y asegurarse de que las mismas sean reales.
Los padres o tutores deben de acompañar a sus hijos a la primera cita odontológica, en la que se realiza la historia clínica. Ellos son las personas indicadas para brindar toda la información requerida sobre la salud su hijo. Por otro lado, ellos son también las personas idóneas para escuchar, analizar y decidir lo planteado por el dentista. Cada paciente es único e irrepetible, por lo tanto reaccionará ante la misma situación de forma diferente que otro.
Enfermedades congénitas, predisposición familiar, toma de medicamentos, episodios pasados o presentes de enfermedades, condiciones especiales, síntomas, signos, antiguos tratamientos, son temas que deben ser de conocimiento del dentista, con el principal objetivo de garantizarle al paciente un mejor y efectivo tratamiento, sin poner en riesgo su salud.

Procesos comunes y sencillos de la odontología pueden terminar en serias complicaciones: un paciente que oculta que es diabético, hipertenso; que está tomando anticoagulantes, quizás que en ocasiones anteriores ha tenido procesos hemorrágicos, dificultad para cicatrizar, alergia a tal o cual sustancia farmacológica; prácticamente conduce a la complicación y el fracaso del tratamiento, sembrando incertidumbre a la hora de realizar un correcto diagnóstico.

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