Historia y dignidad Encuentro en 58 aniversario de la fundación del MPD

Historia y dignidad Encuentro en 58 aniversario de la fundación del MPD

Cada uno es una historia intensa, inmensa. Lucharon contra Trujillo, contra el golpe a Juan Bosch, contra la ocupación norteamericana,y contra los doce años. Son responsables de que vivamos en libertad y democracia

Son los sobrevivientes de la barbarie y el exterminio de los represivos 12 años balagueristas y de la dictadura de Trujillo. Resistieron golpes, cárceles, exilio, confinamiento en apartados lugares de la República. Derramaron su sangre arrastrados como fardos por las calles como pago a sus protestas frente al abuso. Algunos quedaron mutilados, inválidos, sordos, a causa de las torturas. Perdieron esposos, hermanos, hijos que perseguían sus mismos sueños de justicia. 58 años después, sin embargo, lucen animados de poder reencontrarse al menos vivos para conmemorar la fecha de fundación de su partido, el Movimiento Popular Dominicano (MPD), en el que expresaron sus actitudes y sentimientos revolucionarios.

“Tengo una foto tuya histórica”, “¡Mira quien llegó!”, exclamaban y formaban grupos para comentar pasado y presente en la residencia de Breno Brenes, donde se celebró el glorioso aniversario.

Cada uno es una historia intensa, inmensa. Fueron parte de las negociaciones del secuestro del coronel Crowley; participaron en la toma de cuarteles o detuvieron con sus ametralladoras el asalto de los norteamericanos; neutralizaron los tanques del CEFA; se alzaron en las lomas como guerrilleros; viajaron a entrenarse militarmente a Cuba; burlaron la celosa seguridad de puertos y aeropuertos, como Cayetano Rodríguez del Prado que penetró al territorio en una embarcación encabezando un grupo en 1963 cuando se produjo el Golpe de Estado contra Bosch. Las mujeres fueron enfermeras, cocineras, entrenadoras, tiradoras tan certeras como los hombres.

De todos los presentes el más legendario es Francisco Eleuterio Ramos Peguero (Chino), único superviviente de los fundadores del MPD en La Habana en 1956 junto con su hermano Andrés, asesinado en 1973. Pero además, Chino y sus hermanos fueron solidariamente activos con la guerrilla cubana. Cuando concluyó la Revolución, Andrés fue nombrado capitán y Francisco sargento del Ejército Rebelde. Sigue siendo sencillo, humilde. Nadie que lo observe dando puntadas como lo que es, sastre, creerá que su figura simple encierra tan ejemplares gestos de heroísmo.

Otros protagonistas. Rafael Rivera Cruz (Riverita), dulce, frágil y taciturno, no aparenta la fortaleza que demostró cuando junto a Henry Segarra neutralizó los tanques del CEFA que entraban por el puente Duarte. Los paleros de “Balá” y el temible SIM no debilitaron sus ímpetus en 1960 al arrastrarlo desde la “José Trujillo Valdez”. Ensangrentado lo hicieron preso. Tampoco detiene su intrepidez la invalidez de pierna y mano que le dejó el estallido de una bomba ni su paso por La 40, La Victoria, La Beata.

Breno, apodado “El Gorila”, quizá por su descomunal estatura, se define como simple militante cuando en realidad fue entrenador militar y estratega que planificó ataques e instruyó combatientes en abril, salvando vidas en las llamadas “Cinco Esquinas” de San Carlos; en el comando Argentina, de San Antón; en la pendiente de la Duarte para entrar a la Mercedes y llegar al Palacio. En todos los casos el enemigo común eran las tropas yanquis.

Ninguno cuenta sus denodadas historias. Están inmersos en sus evocaciones, poniéndose al día. Es Ramón Pinedo Mejía (Monchín), la memoria viva del MPD, el que en un aparte va haciendo semblanzas breves aunque la suya es también de leyenda. Estuvo en la guerrilla de Cevicos, en la contienda de abril, en asaltos a los cuarteles de San Francisco de Macorís y al Palacio junto a Otto Morales, Maximiliano Gómez y Héctor Lachapelle.

Estaban, además, Néstor Eddy del Prado, mano derecha de su primo Cayetano y seguridad de Monchín en el traslado de material hacia los pueblos; Sotero Vásquez, coordinador del Partido entre Santiago y el Distrito Nacional, preso varias veces en La Victoria, y Máximo Joaquín Nicolás Rodríguez de León (el Mellizo), militar militante que tuvo el MPD en la guerra. El cáncer no ha logrado doblegarlo.

También Rafael Lantigua, quien junto a Amín Abel dio el salto desde el 14 de Junio hacia el MPD, apresado en más de una ocasión en sus recorridos al interior.

Edith Ramírez Conde, profesora de enfermería que cocinaba en la guerra a 160 hombres y coordinaba el equipo médico; Miguelina Rosario, activa día y noche en asuntos militares tras las filas del enemigo, dejando artefactos que les hicieran bajas; Carmen Mazara, batalladora viuda de Maximiliano Gómez que también trabajó con fiereza en la contienda curando a compañeros heridos junto a las demás chicas del 14 de Junio. En 1974 representó al Partido en el Acuerdo de Santiago.

Miguel Reyes Santana, cuadro estudiantil en Puerto Plata que vino a po nerse al servicio de la patria al estallar la guerra. Después participó en acciones políticas y militares hasta caer preso y ser canjeado durante el secuestro de Crowley.

El casi mítico René Sánchez Córdova, buscando la libertad desde Trujillo en cuyo régimen estuvo tres veces en La 40. Al salir, se integró al MPD, fundó la Federación de Estudiantes Universitarios, viajó a Cuba y en 1964 junto a José Ramírez Conde reestructuró la organización, desmembrada porque sus dirigentes estaban presos o deportados.

René participó con energía en la Guerra de 1965 y fue propiciador al igual que Cayetano del Pre Congreso del MPD. Él y Rodríguez del Prado vivieron experiencias similares durante el trujillato y en sus liderazgos universitarios. Este último fue el autor del “Plan Cayetano” para expulsar de la UASD a profesores trujillistas. Fue sacado de la academia hasta que en el gobierno de Bosch reinició sus estudios. Con Asdrúbal Domínguez viajó al Congreso de la Unión Internacional Estudiantil y luego estuvo entrenándose en Cuba.

Estuvieron Marino Elsevyf, sobrino de Máximo López Molina que sirve de enlace entre el pionero del MPD y la actual militancia, y diligencia la adquisición del local donde se fundó la agrupación para convertirlo en museo. En esas gestiones le acompaña Chino Mota, presente, militante del partido en Villa Duarte y ex del comando Argentina.

Asistieron, además, Rafael Caraballo, Tabaré Mundaray, Ramón Mella, Tolingo Llano, Raúl Pérez Peña, Memé Cáceres, Juan Germán Arias y otros.

Miguel Reyes Santana expresó satisfacción al recordar aquellos momentos de la izquierda revolucionaria. Dijo que el MPD ha sostenido una tradición de lucha contra la opresión y destacó la confraternidad que une a los sobrevivientes. Recordó a los mártires y exhortó al grupo a aportar experiencias a las futuras generaciones emepedeístas.

Muchos camaradas están pasando por situaciones penosas, agregó y pidió ayudarlos aunque el verdadero deber, señaló, es con la gran masa de explotados y marginados del país. Concluyó llamando a perseverar en la consigna de “vencer o morir”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas