Historia y narratividad en De Cristóbal Colón a Fidel Castro

Historia y narratividad en De Cristóbal Colón a Fidel Castro

Uno de los libros de Juan Bosch que mejor se presta para un análisis de la narratividad del texto histórico es su monumental historia del Caribe. Y digo esto porque es un texto largo y complejo. Como tantos escritos de Juan Bosch, es una obra pionera. Es bueno decir que no fue Bosch el primer escritor que se propuso una historia panorámica del Caribe, es importante mencionar la obra del colombiano Germán Arciniegas (Biografía del Caribe) y del español José Comas (Historia de las Antillas, 1968) del trinitario Eric William, (FromColobusto Castro: TheHistory of TheCaribbean 1492-1969) casi con el mismo nombre de la obra de Bosch. Es un libro que tiene mucho interés, primero porque podría ser leído como una historia de larga duración como El Mediterráneo de Braudel, que apareció en Francia en el año 1949 y de alguna manera hizo saltar la historia a una masa grande de lectores, en un momento en que los intelectuales tomaron el escenario de los medios de prensa, la calle y la práctica política. Vista dentro de la corriente de Braudel, el libro de Juan Bosch es un libro narrativo, que cuenta la historia de una zona muy importante en el desarrollo de la burguesía europea, como lo fuera el Mediterráneo en sus orígenes. De hecho, puesto uno al lado del otro, el libro de dos presenta un desplazamiento del escenario mediterráneo al escenario caribeño.

Pero Bosch no era un historiador como Braudel, ni intentaba realizar una teoría de la escritura de la Historia. Lo que más me parece análogo entre ambos textos es la narratividad, el hecho que los libros son relatos de un espacio. El elemento espacial es muy importante, pero lo que hace grande el libro de Braudel no es lo que hace sobresaliente el libro de Bosch. El de Braudel es muchas veces un libro de historia económica y el de Juan Bosch es un texto de historia política, diplomática, militar y no deja de ser un ensayo que colinda con la monografía.

Importante en el libro de Bosch, es el espacio como escenario de la lucha de los imperios, salidos de una formación que es la acumulación originaria de las burguesías europeas y su intento de acumulación de capital a través del espoleamiento de las riquezas de América y la esclavitud. Con esto Bosch no deja de ser su escenario dentro de las luchas de clases, pero una lucha interburguesa, que tiene grandes oposiciones, la Revolución haitiana y las luchas por la independencia. En ese marco se presentan las acciones y reacciones, en un discurso muy moderno de causa y efecto, de formación económica y social, de lucha entre los europeos y de fricciones entre los pueblos de América. Es decir, que la lucha de clases Bosch la ve en un sentido macro, solo determinada por las especificidades de la lucha social en Venezuela y Cuba, escenarios caribes, que junto a la Española se constituirán en los centros de una zona que funcionará como “vagina” del Nuevo Mundo, como afirmara luego Antonio Benítez Rojo en La isla que se repite.

El texto de Bosch es una gran narrativa. Un despliegue de espacio y fuerzas. El espacio caribe visitado por los europeos y la creación de fuerzas mestizas, luchas, revoluciones, levantamientos y conmociones hasta pasar de la guerra de independencia de Cuba a la Revolución cubana y el predominio de los americanos. Los sujetos de esta narrativa, los actantes, héroes y villanos, son los hombres de la Historia, los imperios y los pueblos; el mar y los productos: café, oro, cacao, perlas. Las prácticas económicas están sobre las prácticas sociales, los intríngulis diplomáticos sobre las acciones de los sujetos individuales. Y todo eso ¿por qué? Se preguntará el amable lector. Porque esta obra está dentro del desarrollo marxista de Juan Bosch y la forma en la que él explica y se explica la historia de la República Dominicana y la de su entorno caribe. Ya en la Composición Bosch abre una ventana a la zona y en ella explica la historia dominicana junto a la historia del Caribe.

Mediante su narración y el uso de la cronología histórica, Bosch enlaza y concatena hechos y acciones que nos muestran el nacimiento y el declive del imperio español y el cambio de mando al imperio estadounidense, con lo cual busca explicarse una realidad política. De la política de los años de la Guerra Fría. El escenario que a él le ha tocado vivir como político y a los dominicanos en sentido general. Así que es esta una obra dentro de las vicisitudes de un político y y no puede verse sin tomar en cuenta esa realidad. El Caribe como frontera imperial explica la conducta norteamericana en 1965 y sobre todo las acciones imperiales en los años de la Guerra Fría.

Si en un principio, inicia Bosch habiéndose de los cronistas de Indias y del Diario del Almirante de la Mar Océana, termina Bosch con su propia crónica, lo que lo convierte en un hombre de su tiempo y lo aleja de la historiografía. Al final del libro Bosch ha entrado en la crónica, a sabiendas que es eso ella la que nos sitúa dentro de las grandes corrientes del tiempo. Ese estar ahí, ese dasein, que Bosch realiza al final del libro es una ubicación en el tiempo como sujeto que lucha y que no usa el saber histórico como un mero conocimiento, sino una forma epistemológica que orienta la práctica política.

La historia del Caribe es vista por Juan Bosch como una concatenación de hechos; como un desplazamiento de fuerzas. Primero desde la Europa moderna en su afán de acumular riquezas, que tiene como resultado el desarrollo de los Estados modernos, de las luchas de esos imperios por el dominio de fuentes de materia prima; por la imposición de un sistema que generaba una plusvalía absoluta, como la esclavitud y como, en fin, una reacción a esas fuerzas que se van trasformando en una cadena de revoluciones y levantamientos. La última etapa de esa historia es para Bosch, la revolución de Cuba y el heredero de todas esas acciones y el último gran actor en este escenario, es el imperio estadounidense.

En fin, Juan Bosch se vale de los textos históricos para pensar el pasado con la meta de orientar su acción política. No es el esfuerzo de Bosch una simple actividad académica, ni un trabajo de investigación en los archivos. La grandeza de su obra no puede verse alejada de su capacidad de narrar y de su interés político que es explicar y explicarse el pasado como espacio imaginario recuperable para la acción política. En los textos históricos de Bosch, como en su obra narrativa, se demuestra el aserto de Paul Ricoeur al estudiar la narratividad: que el texto es un buen paradigma para la acción y la acción es un excelente paradigma para el texto. En Bosch, como hombre ilustrado, la acción no podía dejar de estar acompañada al texto, así que lo que veía en la vida lo convertía en narración y lo que pensaba también partía de una narratividad que orientaba la acción política.

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