Habría que respirar aliviado ante la preocupación del presidente Danilo Medina tras comprobar por sí mismo que una frágil zona del país considerada siempre como riqueza natural digna de preservación, ha estado destruyéndose… y no de ahora. Lo que por añadidura preocuparía al simple observador es que se tardara en darle ribetes graves a la deforestación de Hondo Valle. Enhorabuena si la declaración del presente proviene de la intención oficial de poner mayor énfasis en la vigilancia, en sancionar a depredadores y en remediar sus daños. No es solo en ese lugar cordillerano donde se percibe deterioro de la floresta que en muchos casos ha puesto en serio peligro el nacimiento de los ríos más importantes.
Han abundado los reportes periodísticos con imágenes y testimonios bien fundados sobre lo que ha estado pasando en ese orden en Valle Nuevo, Constanza, Jarabacoa y buena parte de los bosques secos adyacentes a la frontera con el avance del conuquismo sobre la sierra de Baoruco e inmediaciones; más el azote impune de los productores de carbón vegetal para exportar hacia Haití que diezman incluso zonas llanas. Y se ha estado sin atender múltiples denuncias sobre la extracción ilegal de arena y grava de los lechos de ríos. Está claro que la degradación ambiental agudizará sobre el país los efectos del cambio climático; y está claro también que debía hacerse más para atenuarlos.

Chocar para que salga luz

Quién ha dicho que para ser eficaz la maquinaria estatal tiene que mostrar una permanente unanimidad entre sus componentes? De un desacuerdo o choque de ideas bien llevado, con aportes y reflexiones de los contradictores, puede emerger luz para que la opinión pública y la cúpula del poder mismo arriben a conclusiones. La exposición honesta de fallas internas en el cuerpo del oficialismo puede contribuir mucho a la ansiada transparencia.
Ante las confrontaciones lo que procede es que las superioridades del Estado se constituyan en fieles de la balanza. En árbitros que hacen pasar por un cedazo lo que diga cada quien, pudiendo ser que encuentren motivos de sobra para investigar a fondo aspectos de las exposiciones que a veces causan revuelo y que podrían incluir una provechosa intransigencia ética.