Horrores inefables del caso Llenas Aybar

Horrores inefables del caso Llenas Aybar

 JOSE BAEZ GUERRERO
La posibilidad de que el convicto asesino Juan Manuel Moliné Rodríguez, condenado a 20 años de cárcel por matar en 1996 a un niño de doce años de 34 puñaladas, logre la excarcelación tras haber cumplido la mitad de esa pena, ha ocasionado un revuelo justificado en la sociedad dominicana. El caso, que conmocionó a todos los dominicanos, merece la atención de la opinión pública sensata, puesto que la justicia estaría muy mal servida si por flojera colectiva se permite que lo que la ley plantea como posibilidad sea acogido como galardón.

  Moliné Rodríguez fue cómplice de Mario Redondo Llenas, condenado a 30 años, por la horrenda muerte de su primito José Rafael Llenas Aybar. La cronología del caso según publicó la prensa indica que el 3 de mayo de 1996 Redondo sacó de su casa a su víctima, mintiéndole a todos sus familiares que declararon desaparecido al niño cuando éste no regresó.

Al día siguiente fue hallado el cadáver. Poco después fueron detenidos por la Policía los dos psicópatas, y el proceso judicial se alargó hasta 2002, cuando las condenas fueron confirmadas.

En el caso fueron investigados el marido e hijos de la entonces embajadora argentina Teresa Meccia de Palmas. Un periódico de Buenos Aires, Clarín, publicó en aquel entonces lo siguiente: “El condenado Redondo Llenas, primo de la víctima, involucró durante el proceso de instrucción (frente al juez se negó a declarar) al marido de la ex embajadora, Luís Palmas de la Calzada, y a uno de sus hijos, Martín. Dijo que lo habían amenazado con matar a su hermana menor y que había sido obligado a presenciar una operación de narcotráfico para luego ser presionado para matar a José Rafael. En contraposición, su cómplice, Moliné Rodríguez, calificó de embuste y de fábula a esa versión. Las acusaciones contra los Palmas son suficientes para que la Justicia dominicana los juzgue para esclarecer si son responsables de la autoría intelectual del secuestro y asesinato”. Meccía fue acusada por su propio gobierno en la Argentina por haberle facturado US$4,200 mensuales a su Cancillería por el alquiler, como residencia oficial, de una casa que ella misma había comprado cerca del Jardín Botánico.

 Clarín también publicó que Redondo y Moliné, quienes al momento del asesinato tenían apenas 18 años, testificaron que engañaron a José Rafael “diciéndole que iban a ver una exposición de motores y él habría aceptado porque lo invitó su primo. Cuentan que pretendían secuestrarlo para cobrar un rescate de RD$10 millones”. Pero sin aparente motivo le dieron 34 puñaladas en la espalda y el cuello. “El cuerpo apareció en el arroyo Lebrón, atado con una cinta adhesiva, y con la vena yugular seccionada, a pocos metros de la finca de la familia Palmas donde criaban perros”. Moliné narró el asesinato, cómo engañaron al niño y cómo Redondo apuñaló fríamente a su primito. Los testimonios contra Palmas y sus hijos incluyeron acusaciones de tráfico de drogas y armas, prácticas sexuales con menores, y hasta ritos satánicos. El 8 de agosto de 1996, el presidente Menem, enllave de Teresa Meccia, destituyó y retiró la inmunidad a su embajadora, quien había llegado a Santo Domingo en 1989. El 15 de agosto, un día antes del cambio de gobierno aquí, ella y su marido se fueron a Argentina. Horas antes, cientos de dominicanos se metieron en un almuerzo de despedida y exigieron que entregaran a la Justicia a su hijo, Martín. Pero hace rato estaba fugado en Buenos Aires.  Mucha gente todavía cree que el caso Llenas Aybar no está completamente solucionado. Un titular del diario bonaerense, citó a los padres del niño: “Todavía no sabemos por qué mataron a nuestro hijo”.

 El pedido de liberación condicional hecho por Moliné Rodríguez choca con las ansías de justicia de la sociedad dominicana, cuando hay tanta impunidad y dudas sobre la salud de la justicia. Diez años de cárcel no pueden considerarse pena suficiente para este horroroso crimen, ni puede ser sano poner en las calles a un psicópata tan peligroso.

j.baez@codetel.net.do 

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