I.- Maricusa Ornes:

I.- Maricusa Ornes:

 YLONKA NACIDIT PERDOMO
Maricusa Ornes nació en Puerto Plata, el doce de septiembre de 1926. Es hija de dos notables educadores: Germán Ornes S. (1895-1972) y Marina Coiscou Pimentel (1895-1980). A los tres años de edad, sus padres decidieron venir a residir a Santo Domingo. Es hermana de Horacio Ornes, que estaba exiliado en Cuba, y vino como comandante en la Invasión de Luperón del 19 de junio de 1949, y del notable periodista, director del periódico El Caribe por varias décadas, Germán Emilio Ornes Coiscou.

Maricusa Ornes cursa su educación primaria y secundaria en Santo Domingo, graduándose de Bachiller en Filosofía y Letras de la Escuela Normal “Salomé Ureña” que dirigía la maestra Urania Montás. El tema de su tesis de grado presentada en julio de 1943 para graduarse de bachiller fue el “Siglo XV. Los poetas de la Corte de Juan II. Los Cancioneros: Jorge Manrique. Los libros de Caballería. Los romances del siglo XVI al VII. Grandeza lírica del Siglo de Oro. Cervantes y el Quijote. Los historiadores españoles. Lope de Vega”.

A los catorce años inicia sus estudios de declamación bajo la orientación de la maestra española Marujina de Farber, quien es la pionera de la enseñanza académica de este arte en el país, estableciendo su escuela particular, además de impartir docencia en el Liceo Musical (1941) bajo la dirección de José de Jesús Ravelo, y luego en el Conservatorio de Música y Declamación en 1944.

Marujina de Farber preparó para la Escuela de Señoritas “Salomé Ureña” la Canción de Cuna de Gregorio Martínez Sierra. Maricusa tuvo en esta obra su primera actuación teatral en rol de la Madre superiora, y en Juguete Cómico de los Hermanos Quitero junto al actor Freddy Nanita, que entonces era estudiante junto a ella. Estas presentaciones se hicieron en el Teatro Olimpia.

Maricusa cursa, más tarde, música, interpretación al piano, con la musicóloga Flérida de Nolasco, que luego prosigue con las maestras María Barón y Manuela Jiménez.

En 1943, cuando ingresa a la Universidad de Santo Domingo a la Facultad de Derecho, se integra como militante al movimiento de la Juventud Democrática. Es en 1947 siendo estudiante de término que se ve precisada a no concluir su profesión. Ornes relata: “Me había ganado la inscripción, pero se me solicitó escribir una carta de adhesión al tirano para agradecerle el premio. Consideré que un estudiante de Derecho debe ser honesto con su conciencia, y por tanto me negué”. Este suceso suscita su rebelión latente que estaba clandestinamente en marcha contra la opresión política de la dictadura. Maricusa sabe que su actitud era un desafío al régimen, y que el tirano era un enemigo a vencer.

El veinticuatro de julio de 1950 se ausenta del país con destino a La Habana para iniciar con nostalgia un largo exilio de doce años, estableciéndose, posteriormente, en Puerto Rico en 1952, luego de permanecer en Ciudad México por un período de seis meses. Allí crea la Academia de Arte Escénico “Santo Domingo” (1953), y en 1957 ingresa como Catedrática del Departamento de Drama, de la Facultad de Humanidades, en la Universidad de Puerto Rico. En 1961 funda la sociedad de teatro infantil Arlequín que ha desarrollado una labor ininterrumpida durante cuarenta y cinco años, tanto en Puerto Rico como en la República Dominicana.

En la década del cincuenta Maricusa Ornes era considerada a nivel de Latinoamérica como la declamadora contempoánera de mayor trascendencia y proyección, tal como lo atestiguan los continuos elogios de lo más connotados críticos de la época, y de aquellos poetas de fama universal con los cuales compartió el exilio en tierras extranjeras: Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Matías Conde, Vicente Lloréns Torres, Pedro Mir, Carmen Natalia, Andrés Eloy Blanco, entre otros.

En marzo de 1962 regresa a la República Dominicana. El tres de enero de 1964, siendo de la promoción de 1948 de la Universidad de Santo Domingo, Maricusa Ornes se inviste como Doctora en Derecho Magna Cum Laude luego de finalizar sus estudios en 1963.

Una de los más grandes aportes realizado al teatro dominicano contemporáneo por Maricusa Ornes lo constituye, sin lugar a dudas, la puesta en escena y dirección magistral, tanto en Puerto Rico como en la República Dominicana, de una de las obras cumbre del teatro griego clásico de todos los tiempos: Las Troyanas de Eurípides.

Maricusa Ornes presentó esta obra en el mes de octubre de 1984 en el antiguo Castillo de San Cristóbal en San Juan, auspiciada por el Instituto de Cultura de Puerto Rico para el Festival de Teatro Internacional, con música original escrita para la ocasión por el inmortal maestro puertorriqueño Héctor Campos Parsi. Ornes trabajó con un estupendo equipo de notables técnicos que integraba Ramón Segarra, Gloria Sáez, Marosa Mallorga, Magdalena de Ferdinandy y Rafael Cruz Emeric, entre otros. Las actrices de primer orden puertorriqueñas que actuaron eran las más cotizadas del momento. Su éxito fue tal que la obra se repuso para el Teatro de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Sylvia Troncoso obtuvo en Puerto Rico por su papel de Andrómaca el Premio “Alejandro Tapia” como mejor actriz de reparto.

Aquel impresionante espectáculo de Las Troyanas llega a Santo Domingo en noviembre de 1985 para presentarse en la Plaza Gonzalo Fernández de Oviedo, en la Fortaleza Ozama, en el frente de la Torre del Homenaje, con un coro compuesto por un grupo del taller de Teatro Arlequín, como una producción de Amalia de Rolán y el Patronato de Apoyo a la Universidad Católica de Santo Domingo.

Maricusa Ornes mereció por esta aclamada dirección el Premio El Dorado como Directora de Teatro del año 1985, y Margarita Baquero como Mejor Actriz por su papel protagónico de Hécuba.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas